martes, 30 de octubre de 2007

Blanco y en botella

La masonería celebra una "tenida blanca" para promover EpC

Ceo que la cosa se explica por si misma y no necesita de muchos comentarios.

Salvo quizás decir que la masonería actual no tiene, ni por asomo, ninguno de los principios originales de su fundación: Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Todos esos lemas se han convertido en una tapadera para que cada uno pueda justificarse como le de la gana e intentar medrar en sus asuntos particulares.

Asuntos que para unos son el imponer su santa voluntad ("soy el más listo y el más guapo y se tiene que hacer lo que yo pienso"), el hacer negocietes ("como el mercado de libros de Matemáticas ya está cubierto habramos uno para los libros de Educación para la Ciudadanía, que está virgen"). En resumidas cuentas: Poder decir "que se note que aquí estoy yo (que en casa no me hacen ni put* caso), y si me puedo llevar algo bienvenido sea".

El resto, según cuentan ex-masones, en un gallinero donde cada uno piensa cual sería el mejor entrenador de la Selección Española o como se prepara mejor un cocido madrileño. Y como estamos en el siglo de la Comunicación dejémonos de secretos y hagamos las cosas públicamente, que se nos vea. Que el que no se hace publicidad, no vende.

Y rodeado todo de profusa parafernalia y ritos estrambóticos para no ser menos que las Convenciones de Cofradías Vínicas y Gastronómicas o de los Congresos de la Asociación de Catadores de Queso de las Pampas Argentinas.

Así que con tenidas blancas, tenidas negras y tenidas color rosa (color preferido de los ex-Menestros Saavera y López-Aguilar) por mi parte se pueden ir a la mierda:
¡Seré un contumaz OBJETOR!
Tengo, tengo, tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo un compás viejo
y una media escuadra.

Como herencia del abuelo
también tengo un mandilón
y unas puñetas doradas
bordadas con oro puro
que relucen más que sol,
y un bicornio de cabeza
que luzco con sano orgullo
si lo exige la ocasión
y por si esto fuera poco,
también tengo un corazón
que no me cabe en el pecho,
como a todo buen masón.

Tengo además una tiza
y un encerado colgado
para enseñar a los niños
a ser buenos ciudadanos,
y no ha de haber padre alguno
ni madre, por descontado,
que impidan a mi gobierno
no dar esto por saldado.
Aquí quien manda soy yo,
-con el talante adecuado-,
haré bajar de la burra
al burrero y al cristiano.

3 comentarios:

Javier dijo...

Tengo, tengo, tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo un compás viejo
y una media escuadra.

Como herencia del abuelo
también tengo un mandilón
y unas puñetas doradas
bordadas con oro puro
que relucen más que sol,
y un bicornio de cabeza
que luzco con sano orgullo
si lo exige la ocasión
y por si esto fuera poco,
también tengo un corazón
que no me cabe en el pecho,
como a todo buen masón.

Tengo además una tiza
y un encerado colgado
para enseñar a los niños
a ser buenos ciudadanos,
y no ha de haber padre alguno
ni madre, por descontado,
que impidan a mi gobierno
no dar esto por saldado.
Aquí quien manda soy yo,
-con el talante adecuado-,
haré bajar de la burra
al burrero y al cristiano.

Un abrazo y… a la primera estrofa es fácil ver que le va la música.

Claudedeu dijo...

Demostración de que Zeta anda en algún lado de la jerarquía masónica. Igual de fregaplatos, pero oye, algo es algo. xD.

Draco dijo...

Que anda por allí eso es seguro.

Lo que ya no diría yo es que esté ni de empleado contratado entre el servicio.

Lo más seguro es que, visto a lo que se dedican (hay páginas muy interesantes de ex-masones que lo explican muy bien) lo tengan de tonto de la clase solo para aprovecharse de él: Un localito por aquí para hacer una Fundación, una Ley por allí para vender libros, un cargo, otro cargo, etc. etc.

Ponle un poco de imaginación y verás lo que te sale.