jueves, 20 de marzo de 2008

¡Que bien les vendría civilizarse...!

Poco he leído en la prensa española (bastante en la extranjera) sobre la matanza, en un centro de estudios de la Torá y del Talmud, ocurrida en un barrio de Jerusalén.
Lo que sí he visto es la alegría de los palestinos ante semejante "azaña heroica":


¿Tiene algo que decir a ésto -al atentado y a las "celebraciones"- el cabritillo Defensor de los Derechos Humanos que tenemos como Presidente?
Según observo en Wikipedia, parece que no.
Debe ser que además de estar de acuerdo con que en Cataluña (España) se multe a los que rotulan en español y de ser socio de los que no condenan el nazismo (por ser, en ambos casos, ellos mismos nazis), no le debe parecer del todo mal que los palestinos sean objetores de la Alianza de Civilizaciones.

(Doy por sentado que conoce, aunque solo sea de oídas y por muy ignorante integral que sea*, donde está Jerusalén y quienes son esos lloricas palestinos)
* Tal que el Bernardo Soria que, según los que le conocen, es un fraude total y solo es un titiritero más.


~DESPOJOS~

A veces me pregunto entre sollozos:
¿cómo puede Señor morirse un niño,
diluirse el amor de una pareja
por ajenos conflictos,
saltar una familia por los aires,
hacerse un pueblo, por la guerra, añicos?.

¿Por qué, Señor, la enfermedad se ensaña
con los más miserables,
con los más oprimidos?,
¿en qué lugar de la Sagrada Biblia,
La Torá, del Corán o de qué Libro,
se encuentra escrito esto?:

"Un Ángel vengador irá a la tierra
y destruirá a los débiles
haciendo del grito y de la lágrima
de todos cuantos sufren
caso omiso;
actuará sin piedad,
bajo ningún concepto mostrará compasión
pues tal es el deseo del ALTÍSIMO".

A mi se me enseñó que el hombre débil
es bienaventurado,
y el miserable más necesitado
y el paria y el mendigo,
y,
heredarán la tierra se me dijo;
¿cómo puede pues, Señor, morirse un niño?.

A mi lado hay un Ángel que camina conmigo
y me responde a esto diciéndome:
¡Ay, amigo!
cuando las fuerzas de la naturaleza
o los instintos del hombre se desatan,
las leyes de la física
rara vez dan opción al milagro
de que se frene un tiro o un desastre natural se pare
y entonces es el SEÑOR quien llora,
estos son los momentos en que también DIOS muere un poco,
al igual que nosotros,
cuando desaparece una pareja
o una familia salta por los aires
o un pueblo se hace añicos
o,
simplemente,
cuando muere un niño.

No hay comentarios: