sábado, 3 de mayo de 2008

¿Merecerá la pena?

ESPAÑA SE DESVANECE

Leo la Constitución Española y veo ésto:

TÍTULO PRELIMINAR.Artículo 2.
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
TÍTULO II.Artículo 56.
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado Español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las Leyes.

Y me doy cuenta que ha dejado de ser la patria común de todos los españoles, y que en breve habrá dejado de ser una e indivisible.

Y me doy cuenta que el que tenía que ser el garante de la Unidad y arbitro del funcionamientro de las Instituciones, está desaparecido como si la cosa no fuese con él.

Y me doy cuenta que si quiero ser español, me lo tendré que currar.

¿Tendré que salir a la calle como un 2 de Mayo?

SERVENTESIOS ÉPICOS
Roto el pendón, rendidas las espadas,
hincado en tierra el corazón ardiente,
¿qué le queda al vencido a sus espaldas
más que viejas canciones y aguardiente?.

Cosas simples que a un pueblo enorgullecen
son las propias de la madre mítica,
no las guerras que todo lo entorpecen,
sí los vinos con pitanza típica.

Pues que en vinos y quesos y embutidos
despilfarré mis días y mis noches
a base de jolgorios consentidos:
"quítenme lo bailado sin reproches".

Querer, querer la tierra en que uno nace
no es cosa de tomarse a pitorreo,
bruñe el carácter del paisano y hace
de tarjeta de honor y de correo.

Mirad a ese baturro, noble bruto
y a ese vasco, más bruto todavía,
y al gallego, no sé, por lo que escruto,
al gallego hay que darle doble vía.

El catalán es caja de caudales,
el andaluz guitarra y alegría,
el castellano es mezcla de ideales
en donde España entera se confía.

El astur es gallego por Pelayo,
el cántabro, un buen hijo de castilla,
el valenciano, ríe todo el año,
es oro y luz lo que en su tierra brilla.

Del panocho murciano admiro el gusto
que deposita en todo cuanto hace,
del leonés, qué sabe lo que es justo
y lo demuestra ya desde que nace.

Del amigo extremeño, sobrio y duro,
envidio la entereza y la templanza,
del navarro, su espíritu, tan puro,
siempre abierto al amor y a la esperanza.

Y del resto... ¿qué quieres que te diga?:
son retales de España y en su alma
crecen los granos de una misma espiga
y un mismo corazón que ya está en calma.

3 comentarios:

H dijo...

El problema es que el pueblo actual no se parece en nada al de hace 200 años y tragará.

Draco dijo...

Pues algo habrá que hacer, ¿no?

Javier dijo...

SERVENTESIOS ÉPICOS

Los escribí hace ya algún tiempo pero creo que le vienen al pelo a esta entrada.

Roto el pendón, rendidas las espadas,
hincado en tierra el corazón ardiente,
¿qué le queda al vencido a sus espaldas
más que viejas canciones y aguardiente?.

Cosas simples que a un pueblo enorgullecen
son las propias de la madre mítica,
no las guerras que todo lo entorpecen,
sí los vinos con pitanza típica.

Pues que en vinos y quesos y embutidos
despilfarré mis días y mis noches
a base de jolgorios consentidos:
“quítenme lo bailado sin reproches”.

Querer, querer la tierra en que uno nace
no es cosa de tomarse a pitorreo,
bruñe el carácter del paisano y hace
de tarjeta de honor y de correo.

Mirad a ese baturro, noble bruto
y a ese vasco, más bruto todavía,
y al gallego, no sé, por lo que escruto,
al gallego hay que darle doble vía.

El catalán es caja de caudales,
el andaluz guitarra y alegría,
el castellano es mezcla de ideales
en donde España entera se confía.

El astur es gallego por Pelayo,
el cántabro, un buen hijo de castilla,
el valenciano, ríe todo el año,
es oro y luz lo que en su tierra brilla.

Del panocho murciano admiro el gusto
que deposita en todo cuanto hace,
del leonés, qué sabe lo que es justo
y lo demuestra ya desde que nace.

Del amigo extremeño, sobrio y duro,
envidio la entereza y la templanza,
del navarro, su espíritu, tan puro,
siempre abierto al amor y a la esperanza.

Y del resto... ¿qué quieres que te diga?:
son retales de España y en su alma
crecen los granos de una misma espiga
y un mismo corazón que ya está en calma.

Un abrazo y… ojalá zETA no consiga enervar el Corazón de España que estaba en calma hasta que él llegó.