viernes, 2 de mayo de 2008

2 de Mayo 1808

LA CARGA DE LOS MAMELUCOS


Melodía de cañones, dos de mayo,
en Madrid los madrileños dan el callo,
en la calle, las bayonetas francesas
rompen pechos españoles y cabezas,
el ruido del tambor llama a la fiesta
y el gentío sin dudarlo acude a ésta
que el francés es testarudo y hay que darle
unos pases de chulapo "pa" que baile.

Dos de mayo en Madrid, esto es la leche,
a los gabachos ya no hay quien los eche,
la fuerza militar acuartelada
y el pueblo sin armar como si nada,
menos mal que Daoiz y un tal Velarde
arman al pueblo mientras todo arde
y logran con su ejemplo de patriotas
despertar de su sueño a las marmotas
que en España dormitan mansamente
a pesar del peligro de esta gente.

Arde Madrid y el pueblo ante tal quema
diciendo a gritos ¡Vivan las cadenas!
consigue levantar a España entera.


A la gloria del Héroe Pedro Velarde, (monumento en Santander)

7 comentarios:

Piru dijo...

Indpendencia para España, ¡YA!.

Es inconcebible como en al época de allá por hace más de tropecientos millones de años ( no sé como se llama esa era, ya perdonarás mi ignorancia) los catalanes se llevaran el Ebro, que siempre, hasta entonces, se había dado la vuelta en Báscones (¡vaya nombre, eh!, pero es de Palencia) había desembocado en el Pisuerga a la altura del Cerrato. Impordable, ya digo. España, nación ya.

Draco dijo...

Lo de los tropecientos millones de años te lo puedo explicar un poco más adelante: Estoy bastante impuesto en esas cuestiones geológicas.

Lo del Ebro ya no lo capto muy bien, teniendo en cuenta que ha sido un río que yo hice, con unos amigos, un día que estabamos aburridos y sin saber que iba a traer tantos problemas en el futuro :D

Natalia Pastor dijo...

Al producirse el Levantamiento, creo que lo que estaba presente en las conciencias y corazones de los españoles, no era tanto un concepto de Nación -nacido inmediatamente por derivación natural-, sino la lucha por su libertad: negarse a quedar bajo un rey impuesto desde Francia por un tirano imperialista como Napoleón.
200 años después, quienes nos pretenden usurpar la libertad a los que somos ciudadanos, no súbditos, y dinamitan la idea general de Nación, son los políticos vividores del por ellos creado sistema acogotante y fiscalizador. Entonces habrían sido más franceses que los propios galos.
Así que, tras dos siglos, tenemos que continuar la batalla contra el liberticidio; esta vez, cometido desde dentro de nuestra propia Nación.

Draco dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, pero.....

....en doscientos años nos hemos amariconado un tanto, y todo lo que no sea Chiquilicuatres, Paquirrines, y Tomates, es mucho pedir al personal.

No es lo mismo un orgasmo democrático que salir a batirse el cobre. ¡Somos pacifistas de salón!.

¿Cuantas veces lo he dicho?: ¡Una pena!

Así está Murcia dijo...

Y 200 años después, no estamos dormidos, estamos ya en coma.

PD: Tienes un premio Dardos en mi blog: puedes recogerlo aquí

Javier dijo...

Natalia Pastor (con el permiso de Draco), corrijame si me equivoco: Fernando VII era Borbón y como tal era por tanto francés lo que no tiene nada que ver con ser afrancesado. Si los afrancesados se hubiesen hecho con el control del Estado, hoy no estaríamos soportando a un imberbe gilipollas como zETA marcando el rumbo de nuestra Patria. Queda dicho.
Al Marqués de Cabarrús, francés de pro y afrancesado, lo enterraron en sagrado en los bajos de la catedral de Sevilla y, por afrancesado, exhumaron sus restos y los esparcieron por doquier como venganza. Cabarrús sólo tuvo el único pecado (que yo sepa) de buscar el bien de España y de los españoles todos, fue consejero de Carlos III (lástima de ordenanzas perdidas), ministro de hacienda de José Bonaparte más conocido como Pepe botella, aunque no bebía, e impulsor de la creación del Banco de San Carlos así como de la Compañía de Filipinas. Tanto él como otros conspicuos afrancesados pretendían la modernidad de España y, como siempre, nuestra forma de entender las cosas sumieron a España en un futuro tétrico y oscuro del que no hemos salido todavía. Por cierto, entre otras cosas, este hombre y los intelectuales de su época habían pensado ya en dar solución al problema de los prostíbulos entre otros; hoy todavía estamos dándole vueltas al asunto. De todas formas yo digo desde mi atalaya de español vencido: ¡Viva España! y que los que vengan detrás recojan nuestros restos. Los míos pueden quemarlos, total para lo que sirven…

Un abrazo.

Draco dijo...

Gracias por el premio.

En tú blog he dejado una breve explicación sobre el tema de las poesías.

Un abrazo.