En una de las escasas veces que conecto la TV (buscando noticias del derrumbe de un edificio en esta ciudad*), ¡tatachín!, me encuentro un programa en el que participa, como contertuliano, en Inefable Tudanco.
Hago un inciso para aclarar que el programa, según algunos, está grabado hace días (otros dicen que no, que es en directo), pero el Inefable debe estar muy ocupado porque no ha aparecido por la zona de la catástrofe por el momento** a pesar que, en el peor de los casos, ha tenido tiempo suficiente para realizar el viaje de regreso. ¡A ver sí, gobernando con el P$O€, sale en alguna foto con el PP, que gobierna el Ayuntamiento!.
Sigo.
Pues bien, no lo vi completo (el Inefable y el talibán Dapena son demasié para mi cuerpo), pero llegué a escuchar la nueva teoría del Tudanco: Todos los Presidentes, por definición y a pesar de las posibles equivocaciones, son buena gente y solo se preocupan por la ciudadanía.
Supongo que lo diría arrimando la sardina a su sartén, y se incluirá, pero es una lástima que nadie le recordase que desde que se "inventó" a Nerón a Hitler o Stalin, pasando por Idi Amin Dada, Pol Pot o Castro, la cosa no está tan clara.
En fin, ¡cosas del Revilluca!.
* ** Aparecía, muy compungido, cuando yo escribía la entrada. Por la tarde se fue al fútbol.
Una residente de la zona, en el edificio frente al derruido, me informa que algunos de los inmuebles, salvados del incendio del -41, pueden tener tranquilamente 200 años o más. No puedo ahora confirmar su veracidad al 100% (aunque sé que allí, en 1843 y en el nº 9, 3º vivió José Mª de Pereda), así que no descarto que cuando se haga un derribo total pueda aparecer el cádaver de algún soldado napoleónico perdido en algún sótano.
| Año de mil novecientos cuarenta y uno, febrero: Santander arde que arde y nosotros sin saberlo.
Hoy se cae un edificio y se recogen tres muertos, pero el amigo Revilla -que es un buen titiritero- hace mutis por el foro mientras en familia dice: "este puente, me lo quedo, el cocido montañés no me lo pierdo ni en sueños".
Y suenan las ambulancias y los coches de bomberos, pero Revilla no quiere saber nada del suceso:
¡Qué se calle todo el mundo! (los periodistas al menos) ya sabré lo que decir cuando se olvide el suceso que cuando ardió Santander -aún hay quien guarda el recuerdo- no dijo nadie ni pío y mucho menos el pueblo.
Mañana será otro día y..., si te vi, no me acuerdo.
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9 comentarios:
Lo vi apenas un rato, primero el tonto de aqui, luego la rahola y luego el sopena, !demasiao pa el mi cuerpo!. Estoy de bobos has los huevos, menos mal que el Carmen de Bizet, suena en toda la casa(estoy solo) je je, que si no....Cuidate colega.
Pues lo viste más que yo, que a la Rahola ni la vi.
Solo cuando el bobalicón decía la bobaba.
¡Joer, que por ser presidente tenga que crer que es bueno, sin más, ya toca los cojon*s!
Lo será, o no, según sean sus actuaciones.
Intento cuidarme, como tú, pero con tanto tonto suelto nos lo ponen difícil ¿eh?
Juas, yo me lo tragé todo, desgraciadamente... ¿Quien es el bodeguero de este tío?...
Querido amigo:
¿Cuantas veces te tengo que decir que no escuches a cantamañanas? Haz como yo, que le veo y rápidamente me sale algo que hacer con urgencia.
Y si le acompaña el Dapena, entonces salgo pitando a por la escopeta. Para estar listo por si abren la veda :D
Ni lo he visto (supongo que eso que salgo ganando...), si la tuviera debería darle vergüenza, yo ya ni me indigno, solo espero... a que el tiempo coloque a cada cual en su sitio y a que este cantamañanas tenga, algún día, que rendir cuentas a los de la Montaña, él y sus amigos triperos (me da igual el collar...).
Un Saludo,
Alf
Pues supongo, como digo no lo he visto más que un instante, que no te has perdido nada del otro mundo.
Haciendo de lameculos de zETAp.
De todos modos, el no haberlo visto no te impedirá ser feliz. Te lo aseguro.
Un fuerte abrazo.
Si a Revilla le gusta más el circo mediático, que se vaya a la tele y libere a los cántabros.
Año de mil novecientos
cuarenta y uno, febrero:
Santander arde que arde
y nosotros sin saberlo.
Hoy se cae un edificio
y se recogen tres muertos,
pero el amigo Revilla
-que es un buen titiritero-
hace mutis por el foro
mientras en familia dice:
“este puente, me lo quedo,
el cocido montañés
no me lo pierdo ni en sueños”.
Y suenan las ambulancias
y los coches de bomberos,
pero Revilla no quiere
saber nada del suceso:
¡Qué se calle todo el mundo!
(los periodistas al menos)
ya sabré lo que decir
cuando se olvide el suceso
que cuando ardió Santander
-aún hay quien guarda el recuerdo-
no dijo nadie ni pío
y mucho menos el pueblo.
Mañana será otro día
y..., si te vi, no me acuerdo.
Un abrazo y… además del marisco, del pescado (entre el que incluyo la sardina), del buen besugo de Castro Urdiales y demás productos gastronómicos de la tierra, ya veo que tenéis buenos chorizos, pero… ¡qué te voy a decir, Draco, a ti qué tú no sepas!
En realidad cuando se incendió medio Santander (literalmente) hubo un gran interés por su reconstrucción.
Que fue muy difícil en aquellos tiempos. Como ejemplo se cita que para sustituir las tejas de los nuevos edificios no había producción suficiente en España, por eso muchos de los nuevos edificios llevaron terrazas. Parte de los materiales hubo que traerlos del extranjero.
Con todo, solo hubo un muerto.
Durante años yo conocí los locales provisionales que se construyeron, en las avenidas y plazas de la ciudad, para albergar todo tipo de comercios, que habían ardido en su totalidad.
Franco personalmente tomó bajo su protección la reconstrucción de la Ciudad (que fue muy rápida), motivo por el cual el pueblo levantó su estatua, que es la única que queda en España y que se retirará en breve (junto con un escudo republicano que ha estado, todos estos años, a escasos cinco metros sin que nadie dijese nada)
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