miércoles, 30 de junio de 2010

Delincuentes sindicales y de los otros

Ya dije aquí que sin los piqueteros sindicales no hay huelgas que valgan.
Y que son unos delincuentes a los que los trabajadores les importa una mierda y solo buscan acabar con los que no sean de los "suyos", también.
Así que lo mejor será que nos los quitemos de encima cuanto antes.
A los macarras, y a Cataluña.

Vuelven los piqueteros
a los andenes
para, con dos cojones,
parar los trenes,
y en su torpeza
dejan sobre las vías
mierda y pobreza.

Mierda y pobreza, madre,
mierda y pobreza.

Mientras, los capitanes
de tal hazaña
le tocan las pelotas
a toda España.

¡Buenos son ellos:
"los judas a su lado
quedan pequeños"!

Y el desgobierno
qué se toma estas cosas
a cuchufleta,
le toca a la chulapa
la pandereta.

La pandereta, madre,
la pandereta.

Pero Esperanza,
-valiente y chulapona-,
lo que le haga el gobierno
lo toma a broma.

¡Pues buena es ella,
ni bravatas ni leches
le dejan huella!

Le dejan huella, madre,
le dejan huella.

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