viernes, 4 de junio de 2010

¡Al trullo con ellos!

A mi personalmente me la trae al fresco que algunos gilipollas intenten matarse si así lo desean.
Es más, me gustaría que así fuera.
Y me refiero a cuatro gilipollas en concreto:
Lo que de verdad me cabrea es que nunca son ellos los que se matan, siempre el que pierde la vida (o queda paralítico, que casi peor) es un inocente que se cruzó en su camino.
Y me cabrea que esta gentuza se haya creído que el cortijo es de su propiedad y su casta no tiene obligación de respetar las normas que rigen para los demás.
Y si de momento no han matado a nadie, me es igual: Son un peligro y deberían ser apartados de la Sociedad.

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