domingo, 24 de agosto de 2008

Está la cosa como para fiarse

Que España es el país de las chapuzas, del botellón, del Lute, del Dioni, y del quevaséh, no hace falta que me lo digan: Soy español y me conozco el percal.
De lo que no tenía ni idea, ni se me había pasado por la imaginación tan siquiera, es que pudiésemos ser tercermundistas en estas cosas de la aviación. Tiene que suceder una desgracia para que nos enteremos, como nos pasa siempre, de que no sabemos nada de lo que tenemos por las alcantarillas, ni de hasta que grado estamos inmersos en ese Tercer Mundo.

No pensaba que un país europeo que se precia de ser la 8ª potencia del Mundo, y aunque solo fuera por prestigio internacional y que no nos tomasen a broma, se podía permitir ciertas cosas:

Dos funcionarios y una subcontrata para revisar dos millones de vuelos
Ahora entiendo que eran esas personas vestidas de lagarteranas que se ven algunas veces por los aeropuertos: ¡Funcionarios del Ministerio de Fomento haciendo inspecciones del más riguroso incógnito!*
Aviones, de todas las Compañías, se accidentan en todas partes del mundo. Pero al menos, de algunas, ya estamos avisados.
Aquí, no: Los aviones vuelan solos y somos los mejores. Luego nos quejamos, nos ponemos una tirita, y hasta la próxima.
Vayan mis condolencias, y mis oraciones, para las víctimas (Protestantes, excluidos)
* Pero solo antes del 2002 ¿eh?

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