- Naturalmente que el lehendakari del PNV no ha sido el que ha puesto las bombas en Cantabria. No ha sido el autor material ni de la colocación, ni de la explosión de los artefactos en nuestra comunidad. Han sido los de siempre, los asesinos de ETA y sus aliados que les corean, defienden y aplauden.
No es condenable el lehendakari por autoría directa, pero si es condenable y rechazable su actitud innoble, su doblez, su inmoralidad política y tantas y tantas cosas que, por las prisas, se quedan entre la velocidad de las letras del teclado del ordenador que vuela escribiendo*.
Para nosotros es condenable el hecho de que con su referéndum, con sus silencios, con la imposición de la lengua, etc., esté apoyando a los que ponen bombas, a los que asesinan, a los que impiden la libertad de expresión de los ciudadanos vascos y no vascos, a los que quitan la vida de cualquiera de las formas.
El señor Ibarreche es culpable y el no decirlo es faltar a la verdad. Las bombas se las podían poner en su casa y a los suyos que curiosamente no se las ponen. Ya va siendo hora de que recapacite, difícil, porque su doblez intelectual le impide ver más allá de sus objetivos, los suyos, aunque no sean los de todos los vascos a los que quiere imponer no ya su partido único sino su idea única y esa idea única es la que debemos combatir. Ya esta bien de salvadores que quieren imponer su política y pensamiento a los demás. Las fuerzas democráticas de todo signo deben de unirse y combatir a todos los Ibarretxes que pululan por nuestro país.
Reproducido con autorización de Cantabria Liberal
* por encontar siempre alguna disculpa para no acabar con ETA
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