Los expertos de ZP

Llevo un par de días pensando si me merecerá la pena enterarme un poco, o no, sobre la vida y los milagros de dichos expertos, y teniendo en cuenta que han sido contratados por el P$O€. Por una malsana curiosité, mas que nada.

Algo he ido leyendo, buscado con Google, pero hete aquí que otro más entusiasta que yo (¡gracias, majete!), y con mayores conocimientos, me facilita los datos sin tener que molestarme.

Tal y como me imaginaba la cosa va de antiglobalizadores, de analistas sobre la India, comunicadores políticos de los mensajes progresistas, filósofos en teoría política, rojitrancos añorantes de brigadistas, y de cosas por el estilo. Cosas todas ellas que dan opción a un Premio Nóbel, pero que son una put*a mierda a la hora de resolver el problema de pagar la cuenta de la carnicería.

Pero la mejor, con mucho, es Wangari Maathai. De ella he encontrado un par de cosas que no tienen desperdicio:

• Cree que el sida es un invento de los blancos para acabar con los negros.
• Es partidaria de la ablación del clítoris.

¡Jolín, lo que dan de si estas mujeres progresistas de Kikuyulandia!

(no sé yo si Camacho se atrevería a invitarla a que le acompañase, dada su descendencia Mau-Mau).

Total, que siendo cosa del P$O€ ya se sabe:

Casi que prefiero al licenciado Montilla (sí hombre, sí, ese charnego que no habla catalán y que envía a sus hijos a colegios privados, pues ese), que no se entera de las corruptelas del 3%. Normal, como que no eran del 3%, ¡eran del 20%!

Del que no he encontrado referencias es del comercial que se ha contratado para que España, con lo pacífica que es, sea el mayor exportador de material militar. ¡Como se entere Rodríguez se le cae el pelo!

PS.- Luis del Pino tampoco sabe quién es el intoxicador

Si lo que querían eran Premios Nóbel, de eso, por aquí andamos sobraos:

Como en España no hay personal cualificado el gobierno les encarga a sus mejores agentes que tanteen el mercado con el fin de contratar a los cerebros más aptos para poder diseñar un programa de futuro sabiamente elaborado. ¿Qué se gastan los impuestos en seguir haciendo el indio? Pues, como no es cosa mía, -y si lo fuese es lo mismo-, me callo como un imbécil porque soy un español recién caído de un guindo y además porque en España lo foráneo se cotiza mucho más que lo castizo. Suenen alto las maracas los fiscornos, castañuelas, gaitas, bombos y platillos, España se va al carajo y… nosotros… ¡madre mía! ni siquiera lo sentimos.