¡Quédese en tierra con Fomento!

Fomento permitió volar a Air Madrid sin cumplir las normas de seguridad

Después de los "asuntillos" de Fórum Filatélico y Afinsa (de los inmobiliarios y jurídico-policiales "pasamos" hoy), ahora resulta que también se descubre otra chapuza de Aznar.

(En esto de descubrir entuertos los Gobiernos socialistas son especialistas. Recuerden a Rumasa)

Como es habitual de descubrirá algún directivo en silla de ruedas, se liara la cosa, aparecerá la Pantoja y la cosa se procurará que se embrolle hasta que se líe de tal manera que solo se hable del tema en los programas del corazón (incluida alguna conexión psicofónica con Hidalgo de Cisneros como experto en aviación).

Y, por supuesto, el Gobierno no tiene nada que ver. No tiene que ver que se supiese de las deficiencias, no tiene nada que ver que no hiciese caso a las reclamaciones de los usuarios y no tiene nada que ver con haber secuestrado, por acción u omisión, a miles de viajeros en los Aeropuertos.

Pero lo que más me ha impresionado es el nivel de encanallamiento de los periodistas del pesebre en sus informaciones sobre el tema:

• No eran preocupantes las deficiencias, un accidente podía haber ocurrido también estando los aviones "en perfecto estado de revista".
• Se ha actuado con celeridad. Cuando se supo que, de siete aviones y en varias ocasiones, cinco estaban averiados y que la Cia. no podía hacerse cargo de sus compromisos, opta por su cierre.
• La sensibilidad del Gobierno, ante el desastre humanitario provocado por Aznar, se está esmerando en proporcionar viajes alternativos. Ya lo ha hecho con 8.000 personas (hay varios cientos de miles).
• Las mentiras, y chorradas al uso, repetidas hasta la saciedad para que se conviertan en una verdad (táctica López Garrido~Goebbels).

Bueno, pues a pesar que ciudadanos de Ecuador o Bolivia digan que esto parece un país tercermundista, los periodistas y lectores del pesebre siguen aplaudiendo con las orejas, como si tal cosa, la vaciedad e inmundicia de estos personajes nacidos de la mezquindad de ZETApé.

¡Ah!, ¡lo que hace el amor!