viernes, 2 de abril de 2010

Vamos a terminar malamente

El Gobierno quiere que los viernes sean festivos para los musulmanes.
¡Y nosotros querríamos que el Gobierno se dedicase a gobernar en vez de tocarlos las pelotas con su anticatolicísmo, no te jode!
Porque la cosa sería normal si esto fuese Paquistán, o Arabia Saudí, pero da la casualidad que no, que esto es un país mayoritariamente católico.
En el que es festivo el domingo, y donde muchas empresas cierran los sábados por acuerdos recogidos en Convenio ente trabajador-empresa.
¿Que hacemos con un moro que quiera trabajar en una empresa Española?
  • No lo contratamos, y que nos denuncie UGT o CC.OO por discriminación.
  • Discriminamos al resto de los trabajadores, y que trabaje un día menos de lo estipulado en Convenio.
  • Abrimos la empresa para él solo el sábado, o cambiamos para todos el sábado por el viernes en tanto y cuanto no se tenga un judío en plantilla.
  • Nombramos Jefe de Personal a un sicario colombiano para que nos solucione el problema, y que salga el sol por donde salga.
¿Qué pretenden estos payasos? ¿Sustituir crucifijos por mezquitas?

Y eso de cambiar la Ley del Suelo para regalarles suelo español, ¿Tiene contrapartidas para que el Ayuntamiento de la Meca regale suelo para construir una Iglesia?
Pues con estas agresiones a los católicos, que nadie les pide y que a muchos ofenden, lo único que están consiguiendo es que los moros cada día sean peor vistos en España.
Y que no me vengan con racismos ni leches y así me evitarán que me acuerde de sus progenitores. De los unos, y de los otros.

Ya no hay moros en la costa
que están todos colocados,
-además de bien cuidados-,
en diferentes negocios
porque son los nuevos socios
de nuestro gran Presidente,
¿o no resulta evidente?

Entre mentira y mentira
el desgobierno retira
subvenciones al cristiano
mientras se las da a su hermano.

Parece que lo hace aposta
y no pierde la ocasión
de hacer valer su opinión
sobre la del pueblo entero
sin tener en cuenta al clero
pues que declara festivo
luciendo un talante altivo
el viernes del sarraceno
que, aunque nos parezca bueno,
manda al mundo del trabajo
al puñetero carajo.

Hagamos festivo el día
de todas las religiones,
bien sea por cortesía
o bien sea por cojones
que en cuestiones religiosas
no se admiten opiniones.

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