domingo, 23 de noviembre de 2008

Hay más días que longanizas

Un juzgado ordena por primera vez en España la retirada de crucifijos de un colegio público

Por eso nunca permitiré que un descendiente mío vaya a un Colegio Público, donde el sentimiento mayoritario es pisoteado por los palmeros de un Gobierno masón.

Porque por mucho que lo diga el Tribunal Constitucional, o su porquero, la Constitución no consagra un Estado laico, dice bien claro que es aconfesional:

"Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".

Como le dijo el papel al bocadillo, "A la salida te espero"

La España de zAPAtero
no la quiero.

Con macarras y mamones
ganaron las elecciones.

Y, cuanto más avanzamos
en la cosa Nacional,
-cómo todos nos pasamos-,
más que irnos bien, nos va mal.

Cada vez me gusta menos
la España de zAPAtero.

Un hombre un voto, por cierto
a la hora de contar
lo mismo vale un notario
que un cateto de Ferraz
y eso que… después de todo
el camino recorrido
sabemos que pinta menos
un zoquete de ministro
que un idiota en el partido.

Cada vez me gusta menos
la España de zAPAtero.

Y que les voy a decir
que no sepa el ciudadano,
España se va a la mierda
y el bueno de zETA zETA,
mientras, se lava las manos
no vaya a ser que lo culpen
de los males que arrastramos
desde que nos desgobierna
con aires de gran hermano.

Cada vez me gusta menos
la España de zAPAtero.

La España de zAPAtero
no la quiero.


El "papá" que ha montado todo el tinglado, muy congruente él con sus convicciones, no tiene reparos que su hija actúe de Virgen María en los actos Navideños.
¡Olé sus cojones y sus arraigadas convicciones!

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