Concentración en Santander
Texto escrito y leído por Belga
Buenas tardes a todos y bienvenidos un mes más. Estamos a menos de una semana para el comienzo del juicio oral sobre los atentados del 11 de marzo. Durante todos estos meses les hemos hablado sobre enigmas, mentiras, pistas falsas. Los que hayan seguido la prensa habrán podido leer numerosos artículos sobre teléfonos, mochilas, explosivos, islamistas. De cara al juicio vamos a intentar contarles de forma breve otros aspectos menos comentados de la investigación, pero también de gran importancia.
En este caso me ha tocado hablarles de un tema comprometido, ya que tiene que ver con algunas de las personas que van a ser juzgadas a partir del 15 de febrero. Se trata de Jamal Zougan. Puede que a muchos no les suene el nombre, pero seguro que si les pido que recuerden lo que ocurrió en los días siguientes al atentado enseguida sabrán de quién les estoy hablando. Como todos saben el día 13 de marzo, víspera de las elecciones se produjeron las detenciones de varias personas, unas hindúes y otras marroquíes, supuestamente relacionadas con los atentados. Su foto fue difundida ampliamente por todos los medios de comunicación durante los días siguientes. De todos los detenidos el único que va a ser juzgado es Jamal Zougan. Zougan tenía un negocio de telefonía móvil y fue detenido siguiendo la pista de la tarjeta telefónica que se encontró en la mochila sin explotar que apareció en la comisaría de Vallecas. Sin entrar en detalles sobre la validez de esas pistas, no parece que sea un gran indicio de culpabilidad el que dicha tarjeta haya pasado por las manos de una persona que se dedica precisamente a la compra-venta de tarjetas telefónicas.
Ustedes estarán pensando ahora que seguramente la policía durante tres años de investigaciones ha recabado montones de pruebas, datos, evidencias, etc. Como diría el clásico: Pues va a ser que no.
No se ha encontrado ninguna huella dactilar, ningún rastro de ADN, ninguna conversación telefónica ni registro de llamadas, que relacione a Jamal Zougan con los demás imputados, ni con los lugares clave según las investigaciones: furgoneta Kangoo, Skoda Fabia, casa de Morata de Tajuña, Leganés, etc.
Además hay dos hechos más que resultan especialmente llamativos. Jamal Zougan estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional, concretamente por el juzgado del Sr. Garzón, desde nueve meses antes de los atentados. Esto se ha intentado vender como una prueba de la relación de Zougan con el terrorismo islámico, ya que esas investigaciones estaban relacionadas con las tramas de financiación de Al Queda. Pero lo cierto es que durante esos nueve meses en los que tuvo intervenido su teléfono no encontraron un solo indicio que lo relacionase con terrorismo ni con otro tipo de delitos.
Además, según las declaraciones de Cartagena, confidente de la policía y del CNI, sus controladores policiales le insistieron para que relacionase a Zougan con el grupo de El Tunecino, uno de los supuestos autores y organizadores de los atentados que murió en la explosión del piso de Leganés.
Sin embargo si consultan las hemerotecas podrán comprobar que en su momento se dieron numerosas informaciones sobre pruebas que probaban la implicación de Zougan en los atentados: huellas dactilares en la furgoneta Kangoo, trocitos de carcasas de móviles en su locutorio que encajaban con el encontrado en la bolsa de Vallecas, más huellas y ADN en la fina de Morata, un teléfono manipulado de forma similar al de los atentados encontrado en su tienda, etc. Todo mentira.
Entonces, ¿en qué pruebas se basan para imputarle como autor de los atentados?
Únicamente se basan en tres testimonios de personas que los sitúan en los trenes en la mañana del 11 de marzo. Esas tres personas identifican a Zougan días después de que su foto haya sido ampliamente difundida en todas las televisiones.
Vamos a analizar rápidamente esos testimonios:
De los tres, hay uno que sitúa a Zougan en el tren que explotó en Atocha a la misma hora que otros le sitúan en los trenes que explotaron en Santa Eugenia y El Pozo. Evidentemente es una situación imposible, por lo que este testimonio se ha descartado. Los otros dos testimonios son compatibles a pesar de que le identifican en dos trenes diferentes porque lo hacen en intervalos de tiempo diferente y es posible bajarse de uno y subirse en el siguiente.
Sin embargo uno de los testigos le describe como:
- pelo rizado moreno no muy corto, complexión normal, de tez oscura, dando la sensación al testigo de ser gitano o árabe, vistiendo una chaqueta de color marrón no muy claro, sin que pueda precisar la edad, aunque la sensación que obtuvo es que era un hombre joven. Como dato característico, el testigo pudo observar que el desconocido portaba una férula de escayola en la nariz, como si estuviera lesionado.
Mientras que el segundo lo hace como:
- 1,80 aproximadamente, complexión normal, pelo despeinado, moreno, largo hasta los hombros y liso, con cara alargada y gran nariz, con piel morena, con rasgos del tipo de un gitano o un indio. Que vestía un tres cuartos de color negro y pantalones vaqueros.
Incluso en la colocación de las bombas hay datos contradictorios. El testigo del tren de Santa Eugenia dice que el acusado dejó una mochila en el suelo junto a una papelera, pero la única bomba que estalló en Santa Eugenia iba colocada en el altillo portaequipajes.
Evidentemente será el tribunal el que se tenga que pronunciar sobre estos hechos, pero queremos que ustedes conozcan los detalles para que puedan sacar sus propias conclusiones, independientemente de lo que digan partidos políticos, medios de comunicación o incluso, nosotros mismos.
Les recomendamos que si tienen tiempo e interés lean y comparen todas las informaciones que puedan conseguir. Y que sean críticos e independientes.
Muchas gracias por su atención y les esperamos el mes que viene.
Texto escrito y leído por Vahala
Hola, hoy van a oír esta frase SOY PEON NEGRO. Con esta frase uno de los peones de Madrid empezó su lectura, él iba en los trenes y les aseguro que sus palabras conmueven. Yo no fui en esos trenes y tengo la inmensa suerte de, como seguramente la gran mayoría de los que hoy están aquí, no haber perdido a nadie en ellos.
Así que me imagino que para muchos de ustedes como para mi, la vuelta a nuestra normalidad fue mas o menos rápida, la indignación que sufrimos ante cualquier atentado subió de escala ante la masacre que se produjo en Madrid y tardamos un poco más de lo acostumbrado en volver a nuestro sofá y nuestra comodidad, porque además en el 11M existió la peculiaridad de que había unas elecciones pendientes en las que cada uno descargó a su manera.. y ¿cuando sentimos que habíamos cumplido con nuestro deber de castigar? Fuimos olvidando con la conciencia más tranquila.
Soy peón negro, y lo soy reciente. Aunque había oído hablar sobre desfases en el sumario miraba hacia otro lado. Un día a la salida del cine hablaron de los peones y por curiosidad mire la web...y de ahí hasta hoy. Ya les dije, no perdí a nadie en al atentado, y aunque desde luego me mata pensar en el dolor de esos días y de todas las victimas, nunca sufriré igual que a quien les tocó de cerca. Y perdonarme porque voy a tocar la fibra sensible, pero espero que nunca nos toque a nosotros ni a un ser querido volar por los aires... porque hoy en día es lo que estamos permitiendo. Sin mas, nos estamos callando ante un gobierno, una policía, un poder judicial que oculta la verdad en cuanto a los asesinos de 192 personas, y por eso, me he vuelto peón negro, porque no me quiero callar.
Señores, les hablé antes de como limpiamos nuestra conciencia en las elecciones castigando...pero ¿a quien?. Nosotros nunca castigamos a los asesinos, ellos fueron los que realmente ganaron pues consiguieron su objetivo de cambiar un rumbo político. No estoy subida aquí para defender ningún partido político, si estoy aquí es por toda la gente anónima que en España (e incluso fuera de nuestro país también) además de no creer en la versión original de la masacre, dedica horas investigando, demostrando los agujeros negros del sumario e intentándose hacer oír. Por respeto a esta gente que si quiere saber la verdad, porque muchos de ellos no pudieron volver a su vida cotidiana sin más.
El otro día repartiendo octavillas muchos de ustedes me preguntaron que podíamos hacer y si algún día se sabrá la verdad. Les cuento que lo que tengo claro, es que no se sabrá si no lo intentamos, y por eso estamos aquí. Hoy todos estamos nerviosos con la entrega de los informes "inexistentes" hasta ahora de los explosivos de los trenes dentro de 2 días y con el comienzo de juicio en 4 días.
Queremos saber la verdad, y esperamos que dentro de poco se pueda descubrir. No queremos que un atentado así pueda volver a ocurrirnos, no queremos que nadie lo encubra.........
Un pequeño grupo de personas empezaron la investigación extraoficial del 11M, hoy gracias a su esfuerzo personal, cada vez son más. Esto es lo que podemos hacer, ser cada vez más.
Hemos puesto un libro en la mesa para que quien quiera ayudarnos nos deje sus datos.
Serán bienvenidos, gracias.
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