No se si será imaginación mía, pero he observado una inusual entrada de lectores franceses en la últimas 24 horas en el blog. Desconozco si son habituales (que alguno supongo que habrá), me han encontrado por casualidad, o es que se está haciendo un rastreo para ver que se opina por aquí de la visita de su Presidente. Bueno. Pues les diré que, cada vez que uno de sus Presidentes aparece por aquí, yo me hecho a temblar. No vienen porque nos amen precisamente, y no puedan vivir sin saludarnos de vez en cuando, vienen a lo que vienen: A decirnos que lo hacemos muy bien. Que España no debe tener (salvo que se las compren a ellos) Centrales Nucleares para evitarse accidentes (si los tienen ellos no nos afectará ya que para eso están los Pirineos por medio), y que de la electricidad no nos preocupemos ya que nos harán un buen precio a cambio de que no molestemos en el Mediterráneo. Que nuestros trenes son maravillosos y que ellos nos pueden vender las locomotoras, etc. etc. En fin, algo más habrá por la detención de algún terrorista en las fechas propicias y por el alquiler de la sarkosylla, pero eso no lo se a ciencia cierta. ¡Joer no son listos ni n'a los gabachos estos! De momento la 1ª Dama le ha puesto los ojos al Rey como chirivitas mientras su esposo hace negocios. Total, que me parece muy bien que el Presidente de Francia mire por los intereses de Francia. Y que siempre es mejor que venga a hacer negocios a España, hablando en francés, que sea el nuestro el vaya a Francia para hacer el gilipollas. Hablando, también, en francés. 
Como ya había comparado a De la Vogue con una anchoa puesta de canto, a la Leticia, y para no repetirme, la compararé con una tabla de planchar (también de canto). Ya me entiendes.
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