lunes, 12 de octubre de 2009

Armando la Red

Guardia Civil, con ellos


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Caminan como emboscados
burlando la madrugada
sin luces que los alumbren,
-y las caras embozadas-,
unos quinquis navajeros
destripadores de casas,
violadores de vecinas
y del lucero del alba,
asesinos compulsivos
que no se arredran por nada.

Frente a ellos hinchan pecho
los Beneméritos Guardias
que, sin apenas pensarlo,
son quienes les plantan cara
a pesar de que carecen
de la justicia adecuada
para, en caso de "accidente",
tener la espalda guardada,
"pues la justicia española
anda muy desprestigiada".

¡Alto a la Guardia Civil!,
y una ráfaga asesina
deja a unos cuantos agentes
sobre el asfalto, sin vida,
¡qué la ordenanza permite
cogerla desprevenida!
Sin embargo, si abren fuego,
-para evitar la embestida-,
pueden darse por jodidos:
"qué la ley es muy jodida".

¿Seguridad?: no la tienen
los guardias ni sus familias
¡qué se llevan los dineros
sus jodidas señorías!,
para cuidar sus traseros
y otras tantas fruslerías
con que el pueblo los bendice,
-¡mira tú qué tontería!-,
porque vivir como ellos:
¿a quién no le molaría?

Blindada llevan el alma,
el cuerpo ¡no!, no lo blindan,
¡qué sus cuerpos son los mismos
que los de la infantería!,
y, al igual que los infantes,
andan sobrados de hombría
para sacar de las calles
toda la "quinquillería"
que amenaza diariamente
con amargarnos la vida.
Y ante la mínima alarma,
el benemérito agente,
-sin perder nunca la calma-,
nos muestra su gallardía
porque así se lo enseñaron,
cuando polilla, en su día.
Con la cabeza bien alta
y la ordenanza por guía,
"¡lo mismo hace de soldado,
que ejerce de policía!"

Guarden silencio, señores,
qué ha caído un terrorista
y en su pueblo todos lloran
la pérdida del fascista
porque los hijos de puta
son todos cortos de vista
y allí, donde los Civiles
suelen perderles la pista,
sus paisanos los veneran
de forma colectivista.

Eso sí, si quien se pierde
es un tricornio sudado,
al común de los mortales
se la trae muy sin cuidado
pues no en vano aún hay quien dice:
"con el sueldo está pagado".
Y el Guardia Civil aguanta,
porque, aunque estaba avisado,
cumple así con su deber,
salga o no salga escaldado.

Y el gobierno lo utiliza
como escudo necesario,
-en su propio beneficio-,
para molernos a palos
¡qué así es como se somete
a los pueblos soberanos!
Y… los guardias… que lo saben,
no pueden poner reparos
ni siquiera cuando el radar
nos multa por despistados.

¡Vaya gobierno tenemos
de cucarachas y zánganos!,
sin dar golpe tienen todo
su futuro bien atado,
mientras, los guardias del Duque
de Ahumada, necesitados
de medios que los protejan
andan algo cabreados
por culpa de un "desgobierno"
al que le traen sin cuidado.
..... Todas las poesías, actualizadas y ordenadas por antigüedad, con enlaces a las entradas originales para situar en su contexto correspondiente.
¡Honor y gloria a tan sufrido y Benemérito Cuerpo!

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