Teniendo en cuenta que un estudio sitúa a Garoña entre las 50 centrales más eficientes de todo el planeta pero que anda de por medio Sebastián*, y que su permanencia sería beneficiosa en costes y en producción eléctrica, puede pasar cualquier cosa.
Voy a ver si la solución técnica (la fetén) se impone a la política (la demagógica).
Caso que sea la última opción, espero que los ecologetas me abonen la diferencia de costes en mi recibo eléctrico.
Haga lo que haga el Gobierno, va a ser digno de ver como lo explica.
* Por cierto, chatín: Ha pasado la torta de tiempo y de mis bombillas no se nada.
¡Las necesito para iluminar unos brotes verdes que tengo en el trastero en una condiciones de luz deplorables, Joer!
Hipocresía zapatera
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