miércoles, 17 de diciembre de 2008

Es apreciación personal, que conste

No es que pretenda yo a estas alturas que se estudien como se estudiaba en mis tiempos a Cicerón, pero las frases creo que merecen ser destacadas:

  • Hay millones de ciudadanos que están hasta el gorro tanto de unos y como de los otros
    Rosa Diez, Diputada de UD y P
    Me jod*e cantidad tener que coincidir en sus apreciaciones, pero creo que tiene más razón que una santa (santa laica, que no deja de ser una sociata).
    Y lo del Congreso tiene su guasa: En vez de servir para controlar al Gobierno, sirve para que el Gobierno le diga a la Oposición que es desleal por no seguirle el juego en sus trapicheos. ¡Toma ya!....... ¡P'a una vez que se moja!
    • Sony tiene que ser consciente que tiene marca, y que es una marca que se vende en nuestro país. Y que si toca mucho los huevos, quizás la gente cambiará de marca

      José Maria Álvarez, Secretario Gral. de UGT
      ¡Ole sus güevos! ¡Sindicalismo en estado puro!. Con gente así si yo fuera Sony, en vez de Draco, se iba a enterar por donde se podría meter las amenazas.
      Que será lo que le ocurra, aunque no se entere hasta última hora (llevándose, eso si, a 275 personas por delante gracias a su talante negociador).

      No es desleal quien avisa,
      desleal es quien se calla
      y… si zETA no lo sabe
      será mejor que se vaya
      porque… si sigue incidiendo
      en hacer las cosas mal,
      de la España conocida
      no quedará ni un retal.

      Váyase señor zEPETO,
      con sus muñecos de palo,
      a tocarles las narices
      a los progre-ciudadanos
      que los ciudadanos buenos
      estamos harto cansados
      de que nos siga tocando
      las pelotas a dos manos.

      Ya sé que los socialistas,
      -noblotes de corazón-,
      reniegan de zETA zETA
      por su progre-sinrazón,
      pero, como son leales
      a lo que mandan sus jefes,
      aguantan a pies juntillas
      sus errores y sus heces.

      Señor, Señor vaya tropa
      desfila en la procesión,
      o nos la quitas de encima
      o, por evitar problemas,
      nos tragamos el marrón,
      cosa que, por otra parte,
      aunque el español lo dude
      no es ninguna solución.

      ¡Váyase señor González!,
      ¡señor zEPETO!,…¡perdón!,
      (se me cruzaron los cables),
      ¡menuda equivocación!,
      el seguir amamantando
      a este pollo en el sillón
      nos llena de cobardía
      más que de resignación.

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