Un profesor argelino exige al Rey que pida perdón a los musulmanes
¿Te das cuenta, Juanca , lo que pasa por hacerte republicano y reirles las gracias a los rojos? Pues que los garzonmoros te piden cuentas pasados los siglos. ¡Joer! ¡Como si cuando desembarcaron en sus pateras no hubiese nadie viviendo por allí!
Mira, si te da apuro, puedes delegar en mí. Yo, con mucho gusto, les pido perdón. Como ya digo, con todo el respeto de mis partes.
| Pido perdón y devuelvo sin discutir lo robado y de paso les prometo que no volveré a ser malo.
Si quieren darme posada mientras busco nuevas tierras como soy agradecido nos dejaremos de guerras.
Y allá que van los cristianos en busca de nuevos predios que los alfanjes no dejan acudir a otros remedios.
¿Qué diría el rey Rodrigo de verse en tamaño apuro?: ¿Se quedaría callado o, al igual que en Guadalete se iría perdiendo el culo?
Con el conde don Julián entraron los sarracenos para vengar a su hija de todas las perrerías que Rodrigo le había hecho.
Lo malo es que se quedaron ocho siglos sin remedio mientras pensaban, muy serios, si decidían quedarse o se volvían al pueblo.
Entre dimes y diretes, a lo largo de este tiempo, al fin decidieron irse por puro convencimiento.
Los conversos… se quedaron. Los mahometanos… se fueron. Y hoy por hoy, los que regresan, nos dicen: ¡morito bueno!
¿Quién debe pedir perdón?: ¿Los cristianos por quedarse o, los que dejaron todo porque así lo decidieron? |
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