| Ven conmigo, compañero, compañero, ven conmigo y trae la Biblia contigo a los rezos de maitines que el señor Barak Obama es mi amigo.
Es mi amigo y tiene a bien compartir su desayuno, en el día del ayuno, con religiosos y laicos entre panes y aleluyas, todo en uno.
Todo en uno y en silencio que El Señor es quien escucha y auque mi fe no sea mucha, por más que me regodee, espero que se me llene bien la hucha.
Bien la hucha personal que la hucha del Estado está dejada de lado y tan bien vapuleada que no has de encontrar en ella ni un bocado.
Ni un bocado, ni una raspa, pues, tal como está la cosa, encontrarás sólo caspa y... ¡la Biblia!, sólo espero ponérmela por sombrero, compañero. |
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