Es lo que tiene que el usuario pueda elegir lo que quiere, o no quiere, ver.Si el espectador prefiere ver un programa de Antonio Jiménez donde se llama gilipollas a Zapatero, o uno donde Dapena traga con absolutamente todo, es cosa de los gustos de cada quisque.No hace falta que nos digan lo que hay que ver, y si no te gusta la programación siempre se puede utilizar el botón de apagado (los aparatos hoy día vienen de fábrica con botón de encendido/apagado), o se hace zapping.¿Les preocupará que España vote soZialista, pero no sea tan roja como parece?Pues nada, a espabilar. Y, a falta de pan, el que quiera ver todo en rojo ya sabe lo que tiene que hacer: ¡Ver la tele de Pepiño!
(Que no se si sigue existiendo)
La referencia que se hace en el artículo al tal Carmona (del que citan en el blog algunas hazañas) me ha llegado al alma: Para el tal susodicho, una sisa de 5€ en la vuelta de la compra de un pepero, es gravísimo. Una mordida de miles de millones en algún chanchullo de un sozialista, es un ¡Y tú más en Madrid y/o Valencia!.Por cierto: Que le baje la temperatura al enfermo, es bueno; que le suba, también. Depende de lo que le interese a la Secta.
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