Con ser grave que aquí se roben a mansalva los dineros públicos (y en eso no se diferencian en nada los miembros y las miembras*), lo más grave es que el decorador que me instala unas cortinas me comente que hace meses que no colocaba una y que posiblemente serán las últimas que haga antes de tener que cerrar su conocido negocio de tapicería.
Y es que mientras se gasten los dineros, que tanto nos cuesta ganar**, en propaganda antifranquista y no se quiera averiguar lo que pasó el 11-M, España será lo que es: Una República Bananera plagada de chorizos y presuntos colaboradores necesarios.
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