jueves, 3 de noviembre de 2011

No lo leerá, pero por si acaso

Y es que se la dedico a un compatriota que, en una conversación en un lugar del Adriático de cuyo nombre no quiero acordarme, me negaba* que esto ocurriese en Cataluñistán:

La Generalidad multa a 107 comercios por no rotular en catalán

La Iglesia a base de bulas
abrió las puertas del cielo
a todos los zampabollos
que comían, sin recelo,
en el ayuno: salchichas
en la abstinencia: cordero
y en todos los Viernes santos
finos productos de anzuelo.

"¡No sabe nada la Iglesia
cuando está en juego el dinero!",

claro que… lo recaudado
se lo daba al misionero,
quien, a su vez, lo invertía,
con cuidado y con esmero,
en predicar la palabra
de Jesús el Nazareno.

En eso, los catalanes,
tanto el laico como el clero,
no reparan y dan suelta
al afán del usurero
que desde siempre llevaron
bajo el ala del sombrero
y a la mínima de cambio
te afanan el sueldo entero.

"¡No sabe nada don Jordi
cuando está en juego el dinero!"

Si por hablar castellano
te señala con el dedo,
te empitona sin dudarlo
por hacer de don Tancredo
al rotular en cristiano
y… se da una vuelta al ruedo.

De seguir con esta praxis,
el Estado de Derecho
tendrá que asumir funciones
y, aunque el daño ya está hecho,
poner a rodar las leyes
por echarle a lo hecho pecho.

*
Conversación en la que salió el tema de forma inocente y casual, pero que le dio pie para enzarzarse en una disputa con un servidor en la me llamó mentiroso, anticatalán, y no se cuantas lindezas más.

Y a orillas de Adriático mira tú lo que puede importar a mi que se lo crea, o que no se lo crea.

De todos modos, y para que conste que no le guardo rencor, le dedico la entrada y le mando un saludo de mis partes.

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