"El pueblo y la justicia, que emana del mismo, sabrá reconoceros el pasos que deis en ese sentido y sabrá ser generosa para comenzar de nuevo a construir una sociedad justa, libre y plenamente democrática, donde todos quepamos, también vosotros".
Que eso lo dirá el tal Calparsoro (que no se si habla en nombre del pueblo, de la justicia, o de su propia burricie), porque en lo que a mi se refiere, no me sale de los aparatos amatorios ser generoso con los hijoputas.
Que sepa que con los hijoputas no me da la gana de comenzar a construir nada. Primero que los ponga*, que para eso está, a construir carreteras y puentes, y luego hablamos.
Sr. Fiscal: La próxima vez que hable en mi nombre, y como mi opinión vale tanto como la suya, le ruego me consulte antes de solar la coz.
Ésta composición en verso que sigue hace la número 666 y va dedicada al candidato alquimista. Rápidamente añado otra para dejar atrás el número del diablo.
Tres nueves al revés, el diablo acecha, también está al acecho la derecha, pero si ruGALcabra está en la brecha lo mismo se encizaña la cosecha. Y… pues todo depende de las urnas, hay que marcar de cerca a este "canfurnas" *, que, igual que con sus platicas diurnas nos puede confundir con las nocturnas. No en vano este sujeto es alquimista y no hay fórmula humana que resista ni escape de su afán protagonista. Por tanto yo a Rajoy le pediría que evite hablar con él porque lo lía que en él todo es vulgar trapacería. *Canfurnas: Palabra gallega que significa intrigante. |
Finalizada la que hace el número 666 paso a la 667 porque, aunque no soy supersticioso, a lo mejor no está de más serlo en "según qué casos":
Las togas de los fiscales andan flojas de cordura… y largas de caradura por cuestión de genitales mostrándose serviciales en esta legislatura tan polvorienta y obscura con quienes son mal de males. Y aunque conocen las leyes por haberlas estudiado, las aplican con cuidado mientras duerme la serpiente, no sea que se despierte de su letargo… la muerte. |
* Ya se que no existen los trabajos forzados, leñe, pero es una verdadera pena.
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