Siempre se ha dicho, y en época de crisis con más motivo, que el hambre agudiza el ingenio.
Y puestos a buscar auténticos muertos de hambre donde los haya, nos encontramos en primera fila a los comunistas (salvo los de la cêjâ, que se lo tienen montado ya hace años a base de subvenciones y cánones y no saben lo que es pasar ninguna necesidad).Así que, agudizando el ingenio, han dado con el negocio del siglo: ¡La venta de camisetas verdes*!.
Bueno, en realidad siempre fue un negocio, aunque últimamente estaba un tanto alicaido: Camisetas del Che ya se vendían hace años, pero ya me dirás a quien le apetece a estas alturas de la película llevar una camiseta con la cara de un mamarracho asesino.
Uno y dos más tres son seis,
me llevo cuatro, no preguntes el porqué, chiquilicuatro. ¿O es que acaso el vil metal tiene la tisis? Si hago un guiño al capital es por la crisis. Además… no está de más hacerse el loco y al igual que los demás trincar un poco. Así que mientras estén en la calle los docentes no esperen que nos portemos como personas decentes. |
* Que cuando pase el fervorín sobre la Escuela Pública servirán, cambiando su texto y con algún logo apropiado, para ecologistas, vegetarianos, musulmanes, mariguanomanos, etc.
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