Estoy orgullosa de mi marido, el martirio está por encima de la familia Tócate las narices, la deja como una coliflor*, y al cargo de dos hijas, y la tía está tan contenta. Y eso que no se ha ido al estanco a por tabaco, no, se ha ido a ganarse 7 vírgenes. Estas moras, a las que los maridos tratan peor que a perros, o son tontas pedidas, o es que están hasta los ovarios de ellos y es la forma más segura que tienen de perderlos de vista (del estanco pueden volver, aunque no es muy frecuente). En fin, que si a ella no la importa que la pongan los cuernos, a mi plim. Lo sentiré por los americanos muertos, a su marido como si se lo trasconeja un camello con la pilila llena de nudos. Espero que su difunto esposo encuentre las dichosas vírgenes que le ha prometido Mahoma. Y que todas sean mejor que la esposa que deja, que aunque las fabrica Alá exclusivamente para estos casos, un día tonto lo puede tener cualquiera: * Ósea, con el troncho bajo tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario