¡Que tiempos aquellos!

La verdad es que se nota que los romanos no tenían ni idea de eso del socialismo, no se dedicaban a tunear cuadrigas, la cuestión de la inmersión lingüística la imponían de otra manera, y los diálogos de la Alianza de Civilizaciones se la traía más bien floja y pendulona.

Pero cuando sus legiones se ponían a construir, construían.

De entonces para acá la cosa ha cambiado mucho: No tendremos a la IIII Legio Macedónica, pero tenemos a Protección Civil que nos avisa que estamos en alerta de varios colores, tenemos Ayuntamientos que, con los dineros de todos que les regala el Gobierno, nos alicatan las playas para que no nos ensucie el body de arena, construye Centro Cívicos donde se imparten clases de gotelé, y levanta polideportivos.

Lástima que, como nadie hace caso y a pesar que se anuncian vientos de 150 k/h, el personal se va a jugar al béisbol como si tal cosa.

Y lastima que, como han proliferado los mangantes, los dineros destinados a polideportivos desaparecen y se hacen chamizos con cuatro ladrillos mal puestos.

Resultado: 4 niños muertos que no harán más béisbol, que no aprenderán la técnica del gotelé, y que no se tendrán que preocupar por la arena.

Los romanos dejaron su legado, los socialistas llenarán el país de muertos y parados.

Se ve que sí, que los romanos eran unos tíos cojonudos.

Para los profanos en la materia, la IIII Legio Macedonica (que estaba por mi tierra antes de ser desplazada a Germania), dejó multiples lápidas con su nombre: Legio IIII Macedonica, y no Legio IV Macedonica.