domingo, 7 de septiembre de 2008

Una, pero de menor importancia

Pues la verdad es que me he divertido leyendo el siguiente artículo (lo de los mineros de Nebraska y granjeros de Luisiana, y lo de los megaconcienciados de Alaska, me parece muy bueno):

Cambio tres cospedales y dos sorayas por una Sarah Palin, por Pablo Molina

Y no solo porque no me gusta el tal Barack Obama, que se me parece una barbaridad al Rodríguez (ha contado su vida dos mil veces, pero nadie conoce sus propuestas ni puede decir lo bueno que es en el "curro", el "curro con el sudor de su frente". Y como Rodríguez, es un fantástico vendedor de nothing, que tal que asín es como dicen por allí los que no saben catalán, vasco, ni gallego), si no porque también estoy de acuerdo en que Sarah Palin es mucho más guapa que las que, por desgracia, tenemos que soportar por estos lares.

Como en cuestiones de moralidad, e integridad, la cosa ya es estratosférica, en ese terreno ni entro.

En lo que no se parece en nada al membrillo de zETApé es que, en vez de tocar los cojon*s al personal, de momento se conforma con tocarle el culo a su señora (no sé que dirá la Bibiana de este gesto machista. El gesto de zETApé, y siempre que no afecte a su papá, seguro que la parece bien).

Pues eso. Que lo siento por Pepiño, pero es la única diferencia que encuentro. y yo, de ser USA, no votaría por él.

¿Por qué nunca pondrán su nombre completo: Barack Hussein Obama? ¿Porque suena islamista?

Sospechas de que sea medio moro, hay. Pero eso es según dicen por allí, yo ni entro ni salgo: ¡Bastante tengo ya con mi merluzo como para tener que cruzar el charco para conocer a otro!

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