¡Ay, Pepiño, Pepiño, Pepiño, tú tranquilo , que nadie quiere hacerte daño!
¡Te queremos, conceto de nuestras entretelas! Pero, al menos, deberías reconocer que tendríamos que pedir responsabilidades a tu padre por haber engendrado un hijo tan bobo y dañino, ¿No te parece? Bo, Pepiño, ¡vaiche a tomar ventos!
| Váyase señor Rajoy que se le ha visto el plumero, a mí, por ser del PESOE, también se me ve y me quedo.
Los errores que cometan los muchachos del PePé, -mientras manden los sociatas-, los usará zETAPÉ sirviendo de comidilla en el bar y en el café.
Sin embargo los dislates del amigo zetalista aunque sean disparates los tachamos de la lista que en echar balones fuera andamos de especialistas.
El fiel Pepiño está en forma y lo demuestra atacando que lo suyo es dar la nota, tal como siempre, "incordiando".
¡Ay Pepiño, buen Pepiño!, cancerbero de Ferraz, escudero de tu dueño, ¿por qué eres tan contumaz?: "Entre tantos trapos sucios yo no dormiría en paz".
Harías bien en callarte: Lo tuyo es pura bicoca, los españoles ya saben que te pasas de carota, vas de ladrillo en ladrillo y tiras porque te toca.
Por más que queráis echarle la culpa a la oposición, la crisis, -que es cosa vuestra-, se queda sin solución. |
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