Se lamenta amargamente Bibiana Aídolf en su blog que, siendo tan buena chica y tan instruida, se diga de ella las barbaridades que se dicen. Y enumera una serie de "cosas" que se han publicado sobre ella, que no cito por ser ya conocidas.
Un conocido, que no amigo, me pide ingenuamente que la escriba unas palabras de aliento.
Un conocido, que no amigo, me pide ingenuamente que la escriba unas palabras de aliento.
Nada, que el negro que mantiene el blog (dudo mucho que ella tenga capacidad para tal "proeza") ha pasado de mi.
Pues te voy a cedir una cosa, listuca*: Ya me lo imaginaba, de modo que no me ha extrañado. Yo también aplico la moderación previa de comentarios en este blog,..... ¡pero lo aviso y está a la vista de todos!.
Pues te voy a cedir una cosa, listuca*: Ya me lo imaginaba, de modo que no me ha extrañado. Yo también aplico la moderación previa de comentarios en este blog,..... ¡pero lo aviso y está a la vista de todos!.
Y no presumo de Tâlânte, p'a que los sepas.
Como la veo en pose muy de miliciana, le voy a dedicar los versos siguientes, tal como si ella se los recitase a su pareja:
Compañero, compañero, no te vayas a la guerra, mira que los milicianos andan a tiros en ella. Mira que los milicianos andan a tiros en ella. Compañero, compañero, sal del campo de batalla antes de que el enemigo te siegue con su metralla. Antes de que el enemigo te siegue con su metralla. Marchando va el miliciano con la fusila a la espalda esperando que lo asista, ¡ay!, el ángel de la guarda. Esperando que lo asista, ¡ay!, el ángel de la guarda. Compañero miliciano, no te metas en combate pues según los veteranos es un puro disparate. Pues según los veteranos es un puro disparate. A pesar de los avisos, allá que se va el valiente para dejar bien plantadas las pelotas en el frente. Para dejar bien plantadas las pelotas en el frente. Al llegar a la trinchera y sentirse protegido recibió por descuidado en las pelotas un tiro. Recibió por descuidado en las pelotas un tiro. Y al sentirse el miliciano en las pelotas herido gritó con todas sus fuerzas: ¡Por qué coño habré venido! Gritó con todas sus fuerzas: ¡Por qué coño habré venido! |
AVISO.- Si algún tontuco, o tontuca, de la iZmierda piensa hacer algún comentario al respecto, que se lo piense primero. Seguramente no lo publicaré, pero me puede coger con pie cambiado y la cosa se puede liar.
* Yo soy más finolis que Tomás Gómez.
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