Pues a la vista está que no eran como para ir de paseo con ellos por el campo. Claro que, como dicen ellos, se trataba de justicia impartida por el pueblo, y el pueblo nunca se equivoca ni delinque. Y, leñe, ¡en algún sitio tenían que enterrar a los que se les morían en las checas!. Los malos eran los nacionales, que pudieron hacer cosas parecidas, pero que no eran pueblo. ¡Joer, pues que me digan que coño eran los nacionales nacidos en Matalascabrillas del Duque!
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