sábado, 18 de febrero de 2006

Que nos dejen en paz


Ofrecen una recompensa para quien asesine al caricaturista de las viñetas de Mahoma

Bueno, la verdad es que estos días esta Bitácora, más que perteneciente al movimiento antizapateril (que para el que no lo sepa es nuestro Presidente de Gobierno accidental), se está pareciendo a otra cosa diferente.

Pero ¡que le vamos a hacer! Desde la batalla de Guadalete no me había preocupado mucho por estas historias de moros, pero es que llevan una racha que no paran.

Este comentario de hoy puede parecer muy genérico, pero es que me faltan por incorporar (cosa que haré con paciencia) otros anteriores, ya publicados en un trabajo anterior, y no quiero repetirme.

Pero si tengo que decir, ya lo he repetido hasta la saciedad, que como el insigne ZP se empeñe en traernos “esto” a través de su gilipollez de la Alianza de las Civilizaciones (de la que también tengo dicho “algunas” cositas), lo lleva claro. Que será todo lo agnóstico (de conveniencia) que quiera pero si ya mis antepasados le dieron una paliza, en Covadonga, a sus protegidos, yo no tengo inconveniente en repetir la historia.

Total la cosa será matar dos pájaros de un tiro, dicho en sentido figurado, por supuesto. Pero si me cabrea mucho puedo quitar lo dicho (lo de sentido figurado).

Y para que los dos tomen nota, de momento no pienso decirle quién ha sido el que me ha enviado este dibujo de Mahoma. (Las otras, aquí)

Y como hoy me tienen aburrido con sus integrismos, no pienso hacerlos mucho caso y, dado que soy culturalmente occidental, sigo a lo mío. Y que se metan la Alianza, su profeta y su odio por donde les quepa.

Pero hombre, ¿como se les ocurre? Ni punto de comparación ente una Civilización y la otra.

Digan lo que digan y se pongan como se pongan.

Hoy ZP tiene mal día: Primero yo me cachondeo de él y después sus amigos de ETA le dicen que "de tregua, nada de nada". Que no es santo de mi devoción ya es sabido pero que los etarras, con la cantidad de favores que le deben, le hagan estas cosas es ya el colmo.




Gobierno al borde de un ataque de nervios
Ignacio Cosidó



Dos años después de su victoria electoral, Rodríguez Zapatero padece un serio ataque de ansiedad. Las causas de esta crisis nerviosa son variadas y de muy diferente naturaleza. La principal es sin duda la ansiedad que le produce una anhelada tregua que ETA no termina de declarar. Pero a ello se unen sus problemas de pareja con Maragall, como consecuencia de su infidelidad con Artur Mas, y la presión de una oposición que no ceja en sus ataques y que se encuentra cada vez más cerca electoralmente.

Rodríguez Zapatero tiene una concepción algo mágica de la política. Su guía fundamental de acción es su buena estrella. Confía mucho más en su infalible instinto político que en los sesudos informes de sus asesores, muchos de los cuales no llega si quiera a leer. El presidente ha llegado a la convicción absoluta de que está próximo el momento de la paz y esa creencia no se va a resquebrajar por muchas bombas que ponga ETA. Rodríguez Zapatero quiere un acuerdo con los terroristas “como sea”, aunque para ello tenga que cuartear el Estado, destruir la Nación o humillar a las victimas. Sabe además que su supervivencia política depende de ese acuerdo.

El presidente no tiene dudas, por tanto, de que podrá arrancar a ETA un alto el fuego porque está dispuesto a pagar el precio que le impongan los terroristas, sea el que sea. Es más, si ETA no se decide pronto a declarar una tregua, será el propio presidente el que se adelante a los terroristas declarándoles una tregua del Estado de Derecho. Ya se han producido de hecho algunas treguas parciales en este sentido. Por ejemplo, el Gobierno ha declarado una tregua política a Batasuna para que este partido pueda actuar prácticamente como si fuera un partido legal. O se han dado instrucciones a un servil fiscal general del Estado para que, en la medida de lo posible, modere sus actuaciones contra la banda terrorista. Pero estos son sólo anticipos de lo que realmente se está dispuesto a pagar.

El nerviosismo de Rodríguez Zapatero es un puro problema de impaciencia. Cuanto más claro y cerca ve el final del proceso, más ansiedad siente por concluirlo. Por eso el estruendo de las bombas de ETA no le deja dormir tranquilo. Él hace como que no las oye, pero en el fondo no puede evitar escucharlas. Zapatero quiere la paz ahora, ya, de inmediato, y está dispuesto a pagar incluso antes de lo que los terroristas piensan para lograrlo.

El problema para el Gobierno es que ETA no tiene la urgencia que siente Rodríguez Zapatero por cerrar el trato. La cúpula etarra no tiene que renovar una mayoría electoral en un corto plazo. Después de cuarenta años asesinando, los terroristas no tienen tampoco ningún problema en esperar unos cuantos años más. Ellos saben que la presión está en el Gobierno y que cuando más lo exasperen, mayor será el precio que puedan cobrar.

La persistencia de la banda terrorista en seguir poniendo bombas está colocando al Gobierno al borde del histerismo. Ya no saben a quién vender la inminencia de una tregua, porque cada vez son menos los medios de comunicación dispuestos a comprar una mercancía que siempre ha sobrepasado su fecha de caducidad. El presidente susurra a sus colaboradores más cercanos que este fin de semana estén atentos porque se pueden producir acontecimientos importantes. En Moncloa se mata el tiempo repasando una y otra vez las declaraciones, las hojas de ruta y los discursos para cuando ETA decida dar el pistoletazo de salida a la carrera oficial. Se montan guardias de 24 horas en determinados faxes del País Vasco en espera del ansiado comunicado. Pero lo único que llega a oídos del presidente, para su desesperación, es el estruendo cada vez mayor de las bombas de ETA.

La voz trémula de la vicepresidenta del Gobierno retruena entonces en el hemiciclo acusando a la oposición de utilizar el terrorismo para desgastar al Gobierno. Un histriónico Pepín Blanco grita desde Ferraz que los del PP prefieren morir por una bomba lapa que perder las próximas elecciones. Los ministros del ramo se rasgan públicamente las vestiduras para negar que nada de lo que se está concediendo a ETA tenga que ver en realidad con el Gobierno. El Alto Comisionado para las Victimas del Terrorismo, ahora en pleno período de contrición ante su próximo cese, no ceja de injuriar a las victimas acusándolas de estar manipuladas políticamente. Yo aconsejaría al Gobierno que tomara una buena dosis de tranquilizantes para superar la crisis. Nos va mucho a todos en ello.

2 comentarios:

nurjes dijo...

ni con transilium ni con valium 10, este ZP ya esta pasado de rosca.
Hasta el Pais se mete con el.
Pobrecito. ¿ a donde ira despues con lo joven que es?. Y la Sonso, ...¿ seguira con el?. ¿ Y esa pobres niñas.... ¿ se iran guera a estudiar.
Me consuela pensar que habra "escaqueado" lo suficiente para exiliarse a Brasil no Cuba y encontrar un cubano de buen ver....

Draco dijo...

Pues se dedicará a chapero o a aleccionar a dictadorzuelos sobre como realizar un golpe de Estado.

Las niñas acabarán de asesoras de Bush para cuestines militares y la Sonso fichará por la Coral de Radio Televisión Polanco.

Se te olvidan algunos otros paises con grandes posibilidades: Venezuela y Bolivia. Aunque Venezuela, con eso de los aviones y los barcos, está un poco complicadillo. Pero todo se andará.