martes, 18 de septiembre de 2012

Que Le zurzan

Hoy el género humano está de enhorabuena: ¡A desaparecido un genocida!

Por mucho que la iZmierda se empeñe en que el forúnculo es bello, cuantos menos se tengan, mejor.
La lástima es que se haya resumido por si solo, cuando debería haber sido como resultado de un drenaje quirúrgico.
Pero que le vamos a hacer, así es la vida: Unos vienen, otros van a reunirse con Sabugo.

Decálogo del joven socialista", publicado en la edición de 17 de febrero de 1934 del periódico Renovación, órgano oficial de la Federación de Juventudes Socialistas de España y dirigido por un joven Santiago Carrillo Solares, que a sus diecinueve años ya hacía sus pinitos como "luchador por la libertad y la democracia".
  • Los jóvenes socialistas deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de tres en fondo.
  • Cada nueve (tres filas de tres) formarán la década, añadiéndole un jefe, que marchará al lado izquierdo.
  • Hay que saludar con el brazo en alto -vertical- y el puño cerrado, que es un signo de hombría y virilidad.
  • Es necesario manifestarse en todas partes, aprovechando todos los momentos, no despreciando ninguna ocasión. Manifestarse militarmente para que todas nuestras actuaciones lleven por delante una atmósfera de miedo o de respeto.
  • Cada joven socialista, en el momento de la acción, debe considerarse el ombligo del mundo y obrar como si de él y solamente él depende la victoria.
  • Solamente debe ayudar a su compañero cuando éste ya no se baste a ayudarse por sí solo.
  • Ha de acostumbrarse a pensar que en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización en un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo.
  • La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente.
  • Cada día, un esfuerzo nuevo, en la creencia de que al día siguiente puede sonar la hora de la revolución.
  • Y sobre todo esto: Armarse. Como sea, donde sea y "por los procedimientos que sean". Armarse. Consigna: Ármate tú, al concluir arma si puedes al vecino, mientras haces todo lo posible por desarmar a un enemigo.
NOTA: Entrada publicada mediante un Netbook desde un área de descanso en una autopista de algún lugar de Europa, ya que el original estaba guardado como borrador por si acaso.

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