domingo, 7 de marzo de 2010

¡Que tiempos aquellos

cuando la Cruz Roja era la Cruz Roja!

Cuando sus soldados (porque antes sus miembros eran todos soldados, de reeemplazo o voluntarios) estaban en todas las guerras, en los cruces peligrosos de las carreteras, cuando participaban en rescates de montaña*, y cuando eran los primero en llegar a cualquier catástrofe**.
Ahora es un apéndice más de un Gobierno genocida (tan "tolerante" que dice que "nada ni nadie les va a parar") al que ayuda a promocionar entre los jóvenes como se puede hacer el sexo anal con Omar.
Por suerte aún queda una parte de la sociedad civil que reclama el derecho a la vida:

No he podido participar en la Marcha de Madrid, pero siempre diré con orgullo que he estado en la de mi cuidad (ver en Hazte Oir).



Hay que vulcanizarse
las posaderas
para que nadie pueda
pinchar en ellas
que a los progres de ahora,
según parece,
jugar al guá con ellas,
les enloquece.

Les enloquece, niño,
les enloquece.

¡Vaya maraña
han montado estos cafres
hoy en España,
que, por cojones,
sodomizan a todos
los españoles!

Y no te quejes, niño,
que si te quejas,
te darán por el c*lo
los de las cejas.

Los de las cejas, niño,
los de las cejas.

Todas las poesías, actualizadas y ordenadas por antigüedad, con enlaces a las entradas originales para situar en su contexto correspondiente.

* Un teniente amigo, ante la falta de especialistas, me llamaba con cierta frecuencia a horas intempestivas. Yo, que no era de Cruz Roja, me ponía un distintivo y, ale, ¡a dar el callo como uno más por esos montes de Dios!

** Ahora parece que las catástrofes solo ocurren en las playas, para lo que te sacan del agua porque un idiota ha visto una pobre medusa. Mientras, los que se iban a ahogar, se ahogan lo mismo.

Al César, lo que es del César: Cruz Roja ha retirado el juego pero mantengo lo dicho.

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