Esta pandilla mangantes ha llegado a la conclusión que es más provechoso incautarse de los Monasterios, que quemarlos.La jugada es perfecta: Los transforman en Hoteles de Lujo, dan trabajo como camareros a los ingenieros nucleares de Garoña, y luego se los regalan a algún amiguete con el que tengan alguna relación inconfesable.
Y ya de paso, y si el día de mañana tienen un "tropiezo" con algún levantisco, siempre les quedará el recurso de reclamar, al cabo de los años, "sus" posesiones al Estado en concepto de devolución del Patrimonio Sindical (u otra figura semejante).Mientras tanto, y por si los los monjes consiguen poner en marcha una Cruzada, buscan potenciales aliados:
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