jueves, 19 de enero de 2012

Cabrea un poco

saber que ciudades pequeñas (algunas de ellas más que ciudades pequeñas son en realidad pueblos grandes) cuentan con esas costosísimas obras públicas, y sin embargo los vecinos de Tresviso no tengan un miserable AVE o un aeropuerto.

El camino a Tresviso ya lo cité en otra ocasión, así que me evito dar mayores detalles.

Si te diré que recuerdo que hace años algunos vecinos del pueblo bajaban (y subían) todos los días para trabajar en la central de la Electra de Viesgo que se encuentra al comienzo del camino; bajaban (y subían) para llevar sus quesos (picón, igual que el de Cabrales, pero muchísimo mejor) al mercado de Potes; subían (y bajaban) al médico para que visitase a algún enfermo.

NOTA: Hace años se acondicionó un pequeño camino de montaña que parte de Sotres (Asturias) para que pudiesen transitar, en verano al menos, algunos vehículos.
Con todo lo anterior te darás cuenta lo guay que hubiese sido contar con una estación de AVE (o un apeadero al menos, ya que un aeropuerto sería más complicado) y la discriminación que esto ha supuesto.

Me habría evitado unas cuantas sofoquinas*
* Más de una, y más de dos. Una de ellas en solitario, cayendo la noche, y con tormenta eléctrica incluida.
Algunas veces aún se me erizan los pelos solo con
recordarlo

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