lunes, 11 de abril de 2011

Pobre hombre, que pena me da......

Peces Barba llama desde El País a ir contra los católicos:
Pues muy graciosillo el mamarracho indecente* del Gregorio, al que seguramente no le hará gracia que yo piense que es un vulgar mamapitos al que le quedan cuatro telediarios** para decir mamonadas.

Me importa una mierd* lo que crea que debo entender por ser católico, pero lo que si empiezo a entender es por que algunos "demócratas" fueron a parar a las cunetas.

La mentalidad genocida de Peces-Barba
Pío Moa
Época, 24/04/11

Peces-Barba fue seleccionado por Rodríguez para intimidar y silenciar a la AVT ante el proceso de paz, como tuvo a bien llamar a la colaboración con ETA: legalización de las terminales de los asesinos, dinero público para ellos y su propaganda, promoción internacional y de imagen dentro del país, insidias para dividir y desacreditar a las víctimas directas, más otras cosas aún ignoradas, porque esos chanchullos delictivos se han llevado a espaldas de la población. Y la llave maestra de todo el plan: los estatutos de segunda generación, inventados y queridos exclusivamente por la casta política (incluido el PP) y que han avanzado un largo paso hacia la negación de la soberanía nacional y la balcanizatión de España. Premios increíbles a los asesinos y precisamente por sus asesinatos, so pretexto de paz. Al lado de eso, lo del Faisán es poco más que una anécdota, aunque bien reveladora.

La selección de Peces tenía su razón. Él fue defensor de ETA en el Juicio de Burgos, y no por obligación sino por simpatía y con olvido -como siempre- de las víctimas. Simpatía basada en su proximidad, luego más acentuada, al PSOE, partido cuyas fuertes afinidades con ETA he resaltado, y sin las cuales no se entendería tanta infamia como presenciamos a diario. Peces cofundó también la revista Cuadernos para el Diálogo, diálogo con los comunistas, no con otros; y no porque sus promotores ignorasen el carácter totalitario del marxismo.

En 1989, un PSOE agradecido a sus servicios le regaló nada menos que una universidad, la Carlos III, cuyo carácter antidemocrático he sufrido por la agresión de una pandilla de marxistas amparados por su rector.

Pero esto último es casi anecdótico. Otra fechoría suya fue cerrar despóticamente la capilla de la universidad. No se olvide que las universidades son una institución fundada en gran parte por la Iglesia y propia de la cultura cristiana que ha conformado Europa. Y ahora vemos a Peces predicar furiosamente contra el cristianismo, con argumentos como este: "La Iglesia católica vuelve por sus fueros y por su prepotencia desde Juan Pablo II hasta el Papa actual", cosa que según él no debe tolerar una Europa laica. Para esa gente, el laicismo viene a ser una religión sucedánea y excluyente, como la entendían y entienden los marxistas. Por lo tanto, dice el bárbaro, "la laicidad -tal como la interpreta su afiebrada mollera- es el objetivo de la democracia".

No la libertad de culto entre otras libertades, ni el mantenimiento del estado de derecho, atacado por él con su colaboración en el proceso de paz, de colaboración con banda armada. Según él, este Gobierno delincuente "consiente demasiado" a los cristianos, y deberían romperse los acuerdos con el Vaticano y suprimir la enseñanza reglada de la religión, piensen lo que piensen y quieran lo que quieran los padres. "Cuanto más se les consiente y soporta, peor responden. Sólo entienden del palo", concluye el infame.

Todo esto podría sonar a chifladuras irrisorias de un perturbado si no tuviéramos la experiencia histórica de la república y la Guerra Civil. Lo único en que concordaban las izquierdas con las que ideológicamente se identifica Peces (en lo demás, se mataban entre sí) era en demoler la Iglesia, exterminarla y borrar la cultura cristiana que había dado forma al país. El resultado fue el asesinato a mansalva del clero y de muchos creyentes, una orgía de quemas de iglesias, monasterios, bibliotecas, obras de arte invalorables. Hasta rompieron las cruces de los cementerios en su afán criminal.

Todo esto constituye un genocidio, literalmente. La izquierda española, falta de un solo pensador u obra de pensamiento dignos de recordación, nunca examinó ni sacó lección alguna de aquella monstruosidad. ¿Cómo pudo llegar a tan terrible crimen? Lo he examinado en varios libros y puede resumirse así: con ideas como las de Peces.

* En lo del respeto y demás, comparto lo dicho también por Pío Moa para casos semejantes.

** Pero no soy rencoroso y le deseo, como les ha pasado a muchos célebres ateos, que al final de su cochina vida le de tiempo de poder confesar y recibir los Sacramentos.

Aunque eso si, que el muy h.p. no espere que se me escape ni una sola lágrima.

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