domingo, 24 de abril de 2011

Lo malo de Nîmes son los españoles (p'a mi gusto)

Ya tiene cojon*s que tenga que ser Francia la que nos enseñe a respetar nuestra Fiesta Nacional.

Claro que un país como España, donde sus nativos para ser buenos españoles lo primero que hacen es declararse antiespañoles, no se merece otra cosa.

Un chino nacido en Australia está orgulloso de ser australiano, un negro nacido en USA orgulloso de ser norteamericano, un.......

Y, además, hay que tener en cuenta que somos un país con varios millones de analfabetos funcionales (amén de varios miles de políticos delincuentes apoyados por pesebreros auténticos sinvergüenzas) y donde muchos no ha visto jamás un toro.

Y esto no es una exageración mía, palabra.


Llegaron los japoneses
con sus guitarras
y la España de siempre
tocó las palmas.

Tocó las palmas, madre,
tocó las palmas

Eso me suena:
en sus genes palpitan
las castañuelas.

¿Y los franceses?:
Tratan a los astados
como marqueses
porque los toros
aunque el progre lo dude
gustan a todos.

Gustan a todos, madre,
gustan a todos.

¡Menuda rabia!:
Cataluña no quiere
dejar España,
y es que le mola
estar en la cabeza
y no en la cola.

¡Vaya faena!:
De nuevo los gabachos
nos dan la cena.

Nos dan la cena, madre,
nos dan la cena.

Y los chinos -que saben
cantar flamenco-
bailan por sevillanas
qué ni te cuento.

Qué ni te cuento, madre,
qué ni te cuento.

Claro que… si el desgobierno
rompe nuestras tradiciones
y al español inocente
no le escuecen los cojones:

"el gobernante de turno
seguirá poniendo el cazo
hasta que la España nuestra
se lleve el gran batacazo".

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