lunes, 22 de octubre de 2012

Avisado estás, luego allá tú

Ayer mi buen amigo George Orwell, y de forma muy acertada, me hacía notar que las Vascongadas y Cataluñistán (por emplear los términos utilizado) también son España.

Y es así, no porque me lo diga un amigo, que también, si no porque la Historia es como es y no se puede dar la vuelta como si fuese una prenda reversible que lo mismo sirve para cuando llueve que para cuando hace sol.

De Cataluñistán no voy a decir nada porque de "eso" él sabe mucho más que yo, pero de las Vascongadas le voy a dar un consejo en plan de amigo, por si un día se deja caer por estos lares.

Donde, dicho sea de paso, tiene pagado los cocidos que quiera (lebaniegos o montañeses, lo que prefiera) y unas buenas anchoas (he dicho buenas, uséase, del Cantábrico) y un poco de Orujo Lebaniego.

Sigo: Lo que ves en la afoto no es "cosa" de una campaña electoral de ETA, es así todos los días y en todos los pueblos de las Vascongadas.

Vamos, que le pones un poco de lluvia, un bar donde uno de los clientes posiblemente es un etarra con un par de asesinatos a sus espaldas (si te dan el vaso sucio, o te cobran de más, no reclames, el dueño puede que también sea del gremio), y ya me contarás que turismo puedes hacer.

He visto pueblos en los que a las 8 de la mañana se insinuaba a los abuelos* que llevaban los críos al cole, a que escuchasen un breve concierto de un grupo marginal dando vivas a ETA. 

Como te lo cuento.

En las ciudades la cosa ya mejora un poco, pero los marginales con aros en las orejas (todos los etarras los llevan si te has fijado) te los pueden encontrar a toneladas en estaciones de tren y de autobuses.

¿Turismo en las Vascongadas? ¡No gracias!


* Se ha dicho muchas veces que la sociedad vasca es una sociedad mayoritariamente enferma, bueno, pues bastante de razón hay: A algunos abueletes ni hacía falta que se lo insinuasen.

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