Para empezar bien el año una copa no hace daño, y si en vez de una son dos, ¡démosle gracias a Dios!, que mientras no falte el vino se hace mejor el camino, y… si además se acompaña con un buen jamón de España, es fácil que el dos mil once traiga los huevos de bronce pues que, según Juan Palomo, los del diez, fueron de plomo. Por tanto, señores míos, dejando los desvaríos del gobierno zETAparo, -que ya nos salió muy caro-, para el nuevo año que asoma rezo por salir del coma. |
Un abrazo y… aunque parezca que todo está mal, sabed que aún puede estar peor. De todas formas, brindo por ustedes. ¡Hip!, con espumoso extremeño, claro. ¡Faltaría más!
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