No estaría del todo mal que, una vez aclarado si estamos en una Democracia o en una Dictadura (que se le hace poco a Dapena), los calentólogos y los enfriólogos se pusiesen de acuerdo de una pugñetera vez.
Me gustaría cantidad saber si tengo que llevar bufanda y guantes para ir al Sardinero el próximo verano, y si corro el peligro que me atropelle una manada de elefantes sedientos caso que se me ocurra hacer una invernal al Mont Blanc.
Leñe, ¡Hasta que apareció Al Gore sabía como tenía que ir pertrechado, pero ahora tengo un lío de aúpa!
Yo les propondría que, mientras se aclaran, hagan lo siguiente: Que dividan las subvenciones en dos partes iguales, una para los calentólogos, otra para los enfriólogos.
Al clima le va a dar lo mismo y va a seguir haciendo lo que le de la gana, ellos seguirán viviendo del cuento, y a nosotros nos dejan tranquilos.
Y luego de lo que pase dentro de 30.000 años ya hablaremos, Dios mediante, en otra entrada.
Bueno, eso calculando que para entonces no nos hayamos ahogado todos por culpa de la "pertinaz sequía". Que esa es otra historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario