Sus últimas palabras: ¡No me dejen morir! Ya, lo llevabas claro: Ni país ni leches, ¡al hoyo, pedazo de cabrón!. En fin, que visto lo que ha hecho con Venezuela, yo, de ser venezolano, sentiría vergüenza. No de ser venezolano, de llorarlo. Aunque por aquí también tenemos hijopoutas empeñados en que nos sintamos avergonzados. (Lo de Corea es mucho peor, pero no es el tema ahora) |
Descapulla, descapulla mientras no te digan ¡basta!, descapulla a media asta que al fin esa tierra es tuya y de gente de tu casta. Qué el español cabreado vea cómo la han cagado sus magnos representantes, -los de ahora y los de antes-, porque así se lo han buscado. Y sigue rolando el viento, y sigue soplando el aire, y sigue rodando el tiempo en espera del momento en que dé comienzo el baile. |
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