Si a una soberbia y mentirosa, que distingue entre acosos buenos y acosos malos
la añadimos una engreída* (que además es reincidente), pues resulta que nos hemos lucido con la cuota femenina de la chusma chavista.
¡Jo, y estos (junto con estas) eran los que venían a regenerar la profesión de vividor de la política!
En fin, que nadie se lo tome como algo personal hacia las damas, ¡Dios me libre!, porque si es por eso también habría más que decir de alguno de sus colegas masculinos (versión light, versión menos light)
* Que eso si, habría procesado sin dudarlo a la asaltacapillas como si de una vulgar sindicalista se tratara.
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