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Y es que el personal ya empieza a darse cuenta que le toman el pelo y corresponde con su más clamorosa indiferencia. Poco a poco por el momento, pero espero espabile con el tiempo y suceda más a menudo que mande a casa a tanto desertor del arado que ha encontrado puesto de parásito en la cosa política.
Si te digo la verdad, ¡No lo lamento ni un pijo!
2 comentarios:
Son ovejas con píel de lobo, como diría Guillermo: "no tienen ni dos sopapos".
Lo malo es que esta pandilla de parados y desertores del arado, por nuestra culpa, son los que gobiernan el país.
Luego nos preguntaremos como hemos llegado a parecernos a Venezuela (creo que será el tema de mi próximo post)
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