O es un derecho, y lo legalizamos por ser algo maravilloso y necesario, o lo rechazamos por ser algo perverso y que atenta contra la vida humana.
Eso sí, en un caso regulado y en otro realizado al tuntún y sin ninguna garantía por la que poder reclamar.
En fin, cosas de la progrez que no sabe realmente si quiere despedirse de este mundo por su propia mano o por las de otro.
Lo único que tenemos claro es que como los españoles contagiamos mogollón (sobre todo de 6 am. a 10/11 pm.) no nos dejan salir de casa.
Por eso para ir a ver a un pariente a Zamora es conveniente nacionalizarse alemán.
PD.- Para la cosa del trinque parece ser que es mejor hacerse dominicano. Como Pepe Bono.
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