Ya se que hay cosas mucho más importantes (que al final tendremos que solucionar en las trincheras) pero es que no me puedo quedar callado ante las sandeces de esta pobre y patética moza:
La verdad es que no se de donde la vienen tal cantidad de fobias y complejos con lo joven que es, pero me parece que ya va siendo hora de mandarla a freír espárragos.
Si hacemos caso a todas sus paridas (que dicho de paso nos resultan carísimas), podemos acabar gilipollas como Carmen la de Cabra.
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