jueves, 24 de noviembre de 2016

No se puede ser más rastrero mal nacido

Los mismos que homenajean a etarras y a frustrados asesinos (el tal Alfons), o montan numeritos pidiendo la libertad de peligrosos sicópatas agresores de embarazadas (el tal Bódalo) y Guardias Civiles, se niegan a guardar un minuto de silencio tras la muerte de una congresista como ellos. 

Cada vez que fallece alguno de sus enemigos (para ellos no existen los contrincantes) se muestran como lo que realmente son: Unos pobres animales


Pues nada, habrá que contar con ellos para el próximo Alzamiento Nacional.

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