miércoles, 3 de febrero de 2016

Ya me extrañaba a mi lo callados que estaban

Y es que su preocupación ahora mismo no es el obrero, su preocupación es que si Pablemos crea un sindicato, pasarán a ser historia

No quisiera yo la presencia de un sindicato de Pablemos (que emplearía las viejas tácticas que ya todos conocemos y a las que añadiría el paseo hasta la tapia del cementerio) pero solo pensar que puedan desaparecer me pone cachondo.

Por cierto, labor (su desaparición) a la que se debió dedicar Mariano -como hizo Margaret Thatcher- en vez de dedicarse a obligar a los catalanes a que empleen (también) el español, a que devuelvan lo robado, a que no insulten a España y a los españoles, a perseguir etarras, a proteger la vida, y a igualar a todos los españoles en derechos y deberes.

(Como ya te habrás dado cuenta que todo lo anterior es una coña marinera no me extiendo más en las muchas cosas que hizo según había prometido).

Si me lee, seguro que alguna pista podrá sacar de por qué los españoles le han dado la patada en el culo que le han dado.

Aunque mucho también tiene que ver que con españoles de hoy día no hubiera sido posible la existencia de los Tercios de Flandes*

PD.- Del presunto Gobierno, tema de actualidad, no pienso decir nada de momento porque la mierda cuanto menos se la revuelva, mejor. 



* A modo de aclaración, y a petición de un lector amigo, debo aclarar que lo que quiero decir es que (y es lo que creo) el español actual ha perdido todo el arrojo que se le suponía y se ha convertido en un ser aborregado y carente de criterio propio con el que cualquier magarrán de tres al cuarto puede hacer lo que le de la gana. 

Incluido, por ejemplo, elegir a delincuentes para que le representen, que es sobre lo que se discute en estos días, o que se instale la Inquisición en los Ayuntamientos.

2 comentarios:

Guillermo dijo...

Para decir mamonadas, mejor estan asi.

Draco dijo...

Pues parece que están despertando porque se les podría acabar el momio.

Hay medidas que les quitarían la disculpa de lo mal que está el mundo del trabajo (el contrato único, por ejemplo).

Hoy día los sindicatos son cuasi estatales que no sirven para nada y cuyas funciones pueden realizar otros organismos del Estado.

Por ejemplo, dar certificados de trabajo a inmigrantes (como al parecer hacen los de UGT en unas oficinas medio escondidas que conozco).