lunes, 11 de enero de 2016

¡Que vengan que vengan, que aquí cabemos todos!

Además andamos algo escasos de violadores.

Así es como los musulmanes agradecen que no se les pegue una patada en el culo en el preciso momento que asoman sus jetas por nuestras fronteras.

Y para que no paguen justos por pecadores, ancianos y mujeres con niños, que entren; hombres solos en edad de merecer u hombres en edad de merecer con niños* (y sobre todo si son niñas), un fusil y a combatir a los islamistas que los echan de sus países.

De lo contrario nos obligarán a defendernos y que seamos nosotros los que cojamos el fusil. Entonces algún "movimiento contra la intolerancia", que en casos como este se libra muy mucho de decir esta boca es mía (como mucho, y a título personal, dirá que sí pero no), pondrá el grito en el cielo.

Nuestro actual estado de bienestar aún nos mantiene pacíficos y confortablemente acomodados, pero en cuanto los políticos consigan llevarnos a la edad de piedra la situación va a ser otra muy diferente. Para entonces prefiero no estar cerca. 


* Los niños que los cuide Carmena o alguna de las 7.000 Ong's que tenemos desperdigadas por ahí.

Merkel que haga lo que quiera: Que los deje entrar o que solo deje a los que lleguen con contrato de trabajo, y que estén sanos y con los dientes en perfecto estado de revista.

Como era el caso de los españoles que iban, y no hace mucho de esto, a trabajar a Alemania, no a delinquir.

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