jueves, 30 de diciembre de 2010

Lo que digo al final

Que bueno, ¿no? Se reunen "las altas esferas" y concluyen que la subida es necesaria, poco importante, pero necesaria.
Y, ¡Sorpresa, sorpresa!, se descubre que el culpable es el PP.
Y me pregunto yo: ¿Tendrá algo que ver que el indigente mental de Valladolid haya apostado por las energías más caras en vez de por las más baratas?
En la etiqueta "Energías" puedes ver algunas otras cosas más sobre el tema publicadas en el blog.
Pues nada, que siga la juerga: ¡Apostemos por el viento (que no es de nadie, como el dinero de nuestros impuestos), por el carbón (que no contamina casi n'a), y por el sol (que yo quisiera ver más por aquí, ya que los inviernos se me hacen muy largos), y cerremos Garoña!
Luego no nos extrañemos que Francia tenga la tecnología que tiene (que exporta, cobrando sus buenos dineritos) y nosotros tengamos castañuelas (que no exportamos por haber fallado el amplio mercado que teníamos en Nueva Zelanda, y que ya ni usan los flamenco)

Para cantar con la "grasia" característica del cantaor andalú, aunque… para "grasia, grasia", tenemos la del desgobierno que tiene más "grasia" que una guindilla despistada.

¡Arsa mi arma!:

Si no tienes castañuelas
toca las parmas.

Toca las parmas niña,
toca las parmas,
que con tantos parmeros
aquí se arma.

Aquí se arma niña,
aquí se arma,
toca las parmas niña,
toca las parmas,

y es una pena
no aplaudir al causante
de la faena.

¡Vamo pallá!

Si no tienes castañuelas
toca las parmas,
toca las parmas niña
y si se tercia
taconea los huevos de su excelencia.

¡Ele!
Taconea los huevos de su excelencia.

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